El fiscal aprieta a un Trapero que niega la inacción de los Mossos
El incisivo Miguel Ángel Carballo cuestiona al mayor por la pasividad del cuerpo para impedir la votación del 1-O
22 enero, 2020 00:00En la segunda jornada de interrogatorio a Josep Lluís Trapero, el fiscal Miguel Ángel Carballo ha aumentado la presión sobre el mayor de los Mossos. La intención del representante del ministerio público ha sido demostrar la inacción del cuerpo durante la celebración del referéndum del 1-O. Lo ha hecho exhibiendo la transcripción de las comunicaciones de los agentes, quienes manifestaban o bien su incapacidad para actuar ante el número de congregados en los colegios, o su supuesta connivencia con la causa.
Por su parte, Trapero ha defendido la actuación del cuerpo, aunque ha admitido actitudes impropias de un grupo reducido de efectivos, sobre los que ha dicho que, si han actuado “por cuestiones ideológicas” --algo que “no se puede permitir”--, serán expedientados.
Falta de efectivos
Pasadas las 13:00 horas, sin elevar el tono, ni perder las formas ninguno de los dos interlocutores, el interrogatorio se ha centrado en la actuación de los agentes el 1-O. Primero, Carballo ha detallado la petición de refuerzos de varios efectivos. Un requerimiento que no se satisface desde la sala de mando por falta de patrullas de orden público disponibles. “Podría dar la impresión de que los binomios que se enviaban no eran para impedir el referéndum, sino para aparentar normalidad institucional”, ha deslizado el fiscal.
Para apoyar su tesis, ha proseguido con la lectura de algunas frases que los efectivos intercambiaban por radio: “Informo de que aquí el referéndum ilegal se desarrolla con normalidad”. Trapero se ha revuelto: “Sin acritud; de los 7.850 policías para impedir el referéndum, pudo haber 10, 20, ó 100, dudo que muchos más, que actuasen por motivaciones ideológicas”, ha explicado. Así, ha subrayado la imposibilidad de actuar por falta de efectivos, y no por ninguna otra cuestión. “Yo ya planteé que habría 200 personas por cada policía. Que no se pueda, no quiere decir que no se quiera”, ha zanjado el mayor.
Escuelas abiertas
Para intentar demostrar la pasividad de los agentes, el representante del ministerio público también ha inquirido al que fuera jefe del cuerpo sobre las actividades que se organizaron en escuelas de todo el territorio los días previos a la votación. “No se actuó porque la orden judicial no ordenaba el cierre de los colegios antes del 1-O, sino impedir actos de preparación del referéndum, que entendimos como colocación de urnas”, ha señalado Trapero.
Sobre las pautas de actuación de los efectivos el día de la votación, las instrucciones eran, según ha desgranado el fiscal, no ir más allá de “acompañar a personas al exterior del centro, si la resistencia era pasiva”. El mayor ha detallado que ante las “sentadas”, la orden era “separar a las personas hasta crear un pasillo para permitir el paso”.
Efectividad del dispositivo
"¿Creían que una patrulla de dos agentes podría impedir la apertura de un local de votación?”, ha insistido Carballo, ante el despliegue destinado a cubrir los colegios --un binomio por cada centro--. El mayor ha argumentado que no solo él, sino que era el conjunto de mandos de Mossos quien confiaba en ello. “Pensamos que tendría un efecto disuasorio”, ha apuntado.
Trapero ha vuelto a esgrimir la imprevisible la reacción de los votantes. “Fuimos los primeros sorprendidos ante la actitud de defensa de la gente”. Fue durante la primera jornada del juicio, cuando el mayor detalló: “Se les iba la vida”. Es más, ante la crítica por el escaso despliegue policial, ha detallado que el aumento de efectivos a tres --en vez de dos-- por colegio hubiese supuesto un aumento total de 2.300 agentes; algo inasumible para el cuerpo, que cuenta con menos de 18.000.
Junta de seguridad
Carballo, que en esta segunda jornada ha exhibido un tono más incisivo durante el interrogatorio al mayor, también ha preguntado sobre la asistencia de Trapero a la Junta de Seguridad previa a la votación, cuyo único punto del día fue la celebración del 1-O. “¿No le generó inquietud acudir a esa reunión cuando su preocupación debía ser cómo evitarla?”, ha espetado el fiscal a Trapero.
El exjefe de Mossos ha justificado su asistencia. “El objeto de la Junta era coordinar a los cuerpos policiales ante el referéndum ilegal. Acudí como invitado, engañado o no, pero se me informó de que íbamos representantes de los tres cuerpos --en referencia también a Guardia Civil y Policía Nacional--", ha deslizado.
Delito de sedición
Trapero también ha manifestado su malestar con la acusación de rebelión que pesa sobre él. Un delito por el que la Fiscalía le pide 11 años de prisión. “Me provoca una tristeza enorme lo que he llegado a escuchar sobre lo que hemos hecho, cuando no es así”, ha expresado.
Este miércoles, el mayor afrontará la última fase de su declaración como acusado. Será el turno de su defensa, cuyas preguntas tratarán de contrarrestar el interrogatorio del fiscal Carballo.