El encarcelamiento del Govern favorece la lista única independentista
Aumenta la presión para que ERC y PDeCAT reediten JxSí, mientras que Vila pierde enteros como presidenciable y pide financiación a los Carulla y Rodés para ser el 'Macron catalán'
3 noviembre, 2017 00:00Tras el ingreso en prisión de Oriol Junqueras y de siete exconsejeros de la Generalitat, aumenta la presión para configurar una lista conjunta independentista de cara a las elecciones del 21D. No queda demasiado tiempo, pues según la ley electoral española --la que regirá estos comicios en virtud de la aplicación del artículo 155 de la Constitución--, los partidos que se presenten en coalición tienen de plazo hasta el 7 de noviembre para formalizar sus candidaturas. El resto puede inscribirse hasta el 17 de noviembre.
Los llamamientos a la movilización secesionista no se han hecho esperar tras el encarcelamiento de medio Govern --el otro permanece huido en Bélgica junto a Carles Puigdemont--, lo que preconiza nuevos actos conjuntos entre PDeCAT, ERC e incluso de la CUP, formación que, de entrada, rechaza participar el 21D. De ahí que los dirigentes políticos independentistas vuelvan a plantearse la posibilidad de hacer un frente común electoral o, cuando menos, compartir programa electoral --república catalana y amnistía de los “presos políticos”--.
El ingreso en prisión de los miembros del “gobierno legítimo”, según los términos utilizados por Puigdemont, así como la aplicación del artículo 155, pueden favorecer la participación secesionista el 21D, planteado como un nuevo plebiscito tal como ocurrió el 27S. De ahí esas voces partidarias del bloque independentista.
Desconfianza entre ERC y PDeCAT
Hace días que las entidades sociales Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural exigen que se reedite Junts pel Sí, la coalición con la que ERC y PDeCAT se presentaron en las elecciones del 27 de septiembre de 2015. Pero las relaciones entre republicanos y convergentes se han ido deteriorando durante este tiempo debido a la desconfianza mutua y a sus intereses partidistas.
Los republicanos ya rompieron esa lista conjunta en las elecciones generales y estaban dispuestos a presentarse en solitario en las elecciones catalanas. A pesar de su ingreso en prisión preventiva, Junqueras puede ser cabeza de lista. Todas las encuestas le dan como ganador, mientras que en el caso de PDeCAT, confirman su declive electoral. De ahí que los convergentes sean los primeros interesados en acudir a las urnas de la mano de ERC, para tapar así su sangría de votos.
Pero es que, además, PDeCAT no tiene claro todavía quién será su cabeza de cartel. Aspira a serlo Santi Vila, exconsejero de Empresa que abandonó el Govern 24 horas antes de que fuera aprobada la declaración unilateral de independencia (DUI) en el Parlament. Gracias a esa retirada in extremis, Vila se libera de la cárcel previo pago de fianza, mientras que otros compañeros de partido --Meritxell Borràs, Joaquim Forn, Josep Rull y Jordi Turull-- ya están encarcelados.
La soledad de Vila
La llegada de Vila ayer a la Audiencia Nacional, solo y alejado del resto de consejeros querellados, estaba cargada de simbolismo, pues visualizaba el ostracismo al que se puede ver relegado Vila en su propio partido. Según ha podido saber Crónica Global, el exconsejero tiene un plan B si, finalmente, los convergentes le rechazan como cabeza de lista. Su objetivo es convertirse en el Macron catalán, esto es, crear un espacio centrista. Y ya está buscando financiación entre empresarios que hasta ahora habían coqueteado con el independentismo, como Artur Carulla y Fernando Rodés, propietarios del diario Ara, que en las últimas semanas ha comenzado a virar hacia posiciones menos rupturistas. Fuentes del entorno de Vila consultadas por este medio ni confirman ni desmienten ese proyecto alternativo del exalcalde de Figueres (Girona).
Todas las miradas vuelven a estar centradas en Puigdemont, huido a Bélgica, donde permanece junto a los exconsejeros Clara Ponsatí, Toni Comín, Meritxell Serret y Lluís Puig. Puigdemont busca internacionalizar el conflicto pero, sobre todo, avivar la precampaña del 21D. Siempre ha dicho que no quiere ser presidenciable, por lo que cobran fuerza otros posibles candidatos como Josep Rull o Mercè Conesa.