Albert Rivera, contrario a aplicar indultos a los independentistas, y Pedro Sánchez en el Congreso en una imagen de archivo / EFE

Albert Rivera, contrario a aplicar indultos a los independentistas, y Pedro Sánchez en el Congreso en una imagen de archivo / EFE

Política

Ciudadanos trata ahora de poner a prueba al PSOE con los presupuestos

El partido que lidera Albert Rivera cambia de estrategia y desbloquea la tramitación de los presupuestos para que afloren las “contradicciones de Sánchez” y con la mirada en Andalucía

31 octubre, 2018 00:00

Cambio de tercio. Ciudadanos ha dado un giro importante a su estrategia con el objetivo de que el PSOE se vea en la necesidad de tomar decisiones y puedan aflorar “sus contradicciones internas” justo a las puertas de la campaña electoral de las elecciones andaluzas. El partido que dirige Albert Rivera se ha desmarcado del PP y ha desbloqueado la tramitación de los presupuestos del Estado para 2019, pero también una veintena de medidas legislativas, que no se podían negociar por esa decisión de la Mesa del Congreso, que había dado la espalda a la nueva mayoría parlamentaria surgida tras la moción de censura contra Mariano Rajoy.

Ciudadanos ha tomado una decisión, que va en distintas direcciones. La primera, para respetarse a sí mismo como fuerza política, después de considerar, internamente, que el voto en contra de aquella moción de censura fue “un error”. La segunda contra el PP, porque no puede sostener una estrategia de bloqueo que sólo conviene al partido conservador. Y la tercera, y principal, contra el PSOE, porque ahora deberá “mojarse”, sobre la tramitación de los presupuestos y sobre otras medidas, y todo eso llega a las puertas de las elecciones andaluzas en las que Ciudadanos quiere dar un salto importante y poner contra las cuerdas al PP.

Más a la derecha

¿Es contradictorio? No lo es, apuntan las fuentes consultadas por Crónica Global en Ciudadanos. No lo es, porque de lo que se trata es de cambiar la dinámica ante los nuevos datos. Uno de ellos, y no el menor, es que Ciudadanos es visto en el eje ideológico de izquierda-derecha por encima del 7, con el PP situado por encima del 8. En enero de 2015, los electores situaban al partido naranja algo por encima del 5, en ese eje de 1 a 10, entre la extrema izquierda y la extrema derecha. Es decir, Ciudadanos se ha ido decantando hacia posiciones de derecha, o, y eso es lo importante, es percibido así por los electores. Eso lo sabe Albert Rivera y ahora se busca una reacción para abrir nuevos espacios y recuperar posiciones.

Rivera ha tomado, por tanto, la decisión. Si el PP tiene un problema, que lo resuelva solo. Ciudadanos no votará con el PP en la Mesa del Congreso, que preside Ana Pastor, para paralizar las iniciativas legislativas del PSOE y Podemos. Es más, quiere ahora que se puedan analizar por toda la cámara y se manifieste “qué desea aprobar y con quién el Gobierno, y, en concreto, las cuentas públicas”.

Superar al PP en Andalucía

En las próximas semanas, al desbloquearse que el Senado pueda tener la última palabra sobre el techo de gasto, el Gobierno podría tramitar los presupuestos del Estado, coincidiendo con el inicio de la campaña electoral de las elecciones andaluzas, que se celebrarán el 2 de diciembre. Para esa fecha los presupuestos no estarán listos, máxime cuando dependen del voto de los partidos independentistas, que se mantienen por ahora muy alejados. Pero se podrá debatir, habrá propuestas e iniciativas, y Ciudadanos las podrá contrarrestar con un mensaje político claro para lograr el gran objetivo en estos momentos: superar al PP o acercarse al máximo en las elecciones andaluzas, y preparar, desde ese trampolín, el salto al partido que hasta ahora ha sido hegemónico en la derecha.

Albert Rivera, líder de Ciudadanos, en el Congreso de los Diputados / EFE

Albert Rivera, líder de Ciudadanos, en el Congreso de los Diputados / EFE

Albert Rivera, en la bancada del Congreso, con los diputados de Ciudadanos

¿Qué ha pasado, sin embargo, en el partido que dirige Albert Rivera? La moción de censura protagonizada por Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy marcó un antes y un después. Sin un diálogo franco entre Rivera y Sánchez, Ciudadanos decidió de votar en contra de esa moción, cuando, ahora se admite, se pudo haber considerado “una abstención”. Eso sí, desde el compromiso adquirido por Sánchez de convocar elecciones en breve. Eso no sucedió. No hubo ese acercamiento, ni por voluntad de Sánchez, pero tampoco por parte de Rivera. Y Ciudadanos, con el voto en contra de la moción, se alineó, lo quisiera o no, con el PP.

Ahora se entiende que el partido naranja puede y debe abrirse y no descartar una colaboración en el futuro con el PSOE. De hecho, Rivera y Sánchez firmaron un programa de gobierno, que pudo haber supuesto la investidura del líder del PSOE, tras las elecciones generales de diciembre de 2015. Eso no pudo ser, porque Podemos no quiso abstenerse, y, a partir de ese momento, las relaciones entre socialistas y Ciudadanos se fueron distanciando.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, en su comparecencia en el Congreso de Diputados / EFE

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, en su comparecencia en el Congreso de Diputados / EFE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

Sánchez recoge el guante

El presidente del Gobierno reaccionó de inmediato, este mismo martes, tras conocer la decisión de Ciudadanos. Y ofreció acordar los presupuestos con el PP y Ciudadanos si “hay voluntad real de que no haya bloqueo”. Sánchez pidió que la política de vetos “debe ser algo del pasado”, e insistió en abrir una nueva fase, aunque más en el campo de la retórica que como una posibilidad real, porque ya suscribió un acuerdo sobre las cuentas públicas con Podemos. “Estoy dispuesto a hablar con todos los grupos si hay voluntad real de que no haya bloqueo. El bloqueo tiene que ser el pasado, y el presente y el futuro de la política tiene que estar presidido por la voluntad de dialogar y acordar”, señaló, ante más de 600 directivos, en la clausura del XXI Congreso de la Empresa Familiar, celebrado en Valencia.

Ese es el nuevo mapa político, con el PP a la defensiva, reclamando a Ciudadanos si la decisión en la Mesa del Congreso podía implicar o no una ruptura de las relaciones. Lo que se juega es la hegemonía en el campo del centro-derecha, con las elecciones andaluzas como primer escenario de la batalla. Ciudadanos, forzado por las encuestas, pero también por sus propios análisis de la situación, ha movido ficha.