Los pragmáticos de Junts también se rebotan con Turull por los presupuestos de la Generalitat
La legislatura comenzó con los posconvergentes compartiendo Govern con Pere Aragonès; ahora están desdibujados en la oposición, sin capacidad de influir y viviendo de los réditos que les reporta la presión de Puigdemont
29 febrero, 2024 00:00Noticias relacionadas
ERC y PSC han sellado un acuerdo para los presupuestos de la Generalitat de 2024, la ley más importante de la legislatura por su complejidad y capacidad para transformar la sociedad catalana en tiempos de emergencia por sequía. A la espera de que los comunes encuentren una narrativa que les permita pasar del no por el Hard Rock al sí o una abstención, la legislatura queda vista para sentencia. Una legislatura que comenzó con Junts compartiendo Govern con Pere Aragonès y que está terminando con los neoconvergentes desdibujados en la oposición, sin capacidad de influir en la escena política catalana y viviendo de los réditos que les reporta la presión del prófugo Carles Puigdemont y el grupo parlamentario del Congreso al Gobierno de Pedro Sánchez.
En este sentido, voces pertenecientes al sector pragmático de la formación consideran que Junts se equivoca al no pactar los presupuestos con el president de la Generalitat. Un papel de “pitufo gruñón” que les impide asomar la cabeza entre el “ruido” de PP, Ciudadanos y Vox, y que dista mucho del rol constructivo y de búsqueda de soluciones que, históricamente, ha desempeñado Convergència. Así, el partido estaría instalado en un “no a todo” que le impide levantar el vuelo como “alternativa de gobierno”.
Las negociaciones, "un paripé"
En favor de la actual dirección del grupo parlamentario encabezada por Albert Batet y del secretario general del partido, Jordi Turull, las mismas fuentes admiten a Crónica Global que ERC se ha cerrado en banda en relación a las propuestas más emblemáticas de los neoconvergentes. Pero este desacuerdo no era razón suficiente para no tener una “voluntad sincera” de pactar unos presupuestos para dotar a Cataluña de “más recursos”. La mayor prueba es que, en la ejecutiva del partido no se ha manifestado interés en esta dirección y que las negociaciones han sido "un paripé".
Mònica Sales, la portavoz y una de las negociadoras del grupo parlamentario, afirmó ayer en rueda de prensa que el pacto entre el PSC y ERC para sacar adelante las cuentas en el Ayuntamiento de Barcelona era la “antesala” del pacto para los presupuestos de la Generalitat. También criticó las 15 reuniones que el Govern mantuvo con el PSC frente a las tres que ha mantenido con Junts. Un ejemplo de la complicidad entre republicanos y socialistas y de que la fórmula predilecta para aprobar las cuentas era seguir contando con el apoyo parlamentario de PSC y comunes.
"Acuerdo de naturaleza tripartito"
Cabe destacar que este "acuerdo de naturaleza tripartito” brinda munición a los neoconvergentes en un año electoral a la hora de seguir reivindicando alguna de sus banderas, como reducir la presión fiscal, fortalecer el catalán y el mapa comunicativo, garantizar el equilibrio territorial y avanzar en soberanía. Una agenda programática sintetizada en un documento de 100 medidas que entregaron al Ejecutivo de Aragonès en el marco de las negociaciones presupuestarias y cuyo retorno aún esperan.
Con todo, no se puede negar que Junts ha realizado algunos movimientos de negociación, mayormente ignorados por el president de la Generalitat y el equipo negociador de ERC. Pero los pragmáticos lo han percibido como una mera coartada. Y es que si bien los republicanos no han estado receptivos, la propia Junts no se había grabado la consigna de negociar para alcanzar un verdadero acuerdo. Gestos de responsabilidad ante la delicada situación que vive Cataluña con el verdadero deseo de retratar a ERC y PSC como dos caras de una misma moneda para acaparar el voto independentista.
Unos cálculos electorales legítimos, pero que se traducen en una política “inútil” para los intereses de los catalanes frente a la que tradicionalmente ha practicado Convergència.