Lo que Junts se juega en el Parlament con el ‘caso Madaula’
Si bien el regreso de la diputada tras su baja se ha intentado 'vender' dentro de la “normalidad”, nadie niega que las relaciones en el partido seguirán siendo tensas hasta que se pronuncie la Oficina de Igualdad de la Cámara autonómica
15 febrero, 2024 00:00Noticias relacionadas
Tras varios meses de baja médica, Aurora Madaula ha regresado a sus funciones como secretaria segunda de la Mesa del Parlament. Pero no solo ha vuelto a sus quehaceres institucionales, también ha retomado sus funciones como vicepresidenta de Junts en un clima enrarecido con motivo de su denuncia de supuesto acoso entre las filas neoconvergentes. Así, si bien su regreso se ha intentado vender dentro de la “normalidad”, nadie niega que las relaciones seguirán siendo tensas hasta que se pronuncie ofreciendo resolución al caso la Oficina de Igualdad de la Cámara autonómica.
Actualmente, Junts no solo está en guerra con ERC por ver quién se hace con la hegemonía del independentismo en las próximas elecciones autonómicas: el conflicto también lo tienen a nivel orgánico. En medio de la vorágine política, el partido está inmerso en una crisis interna a raíz de dos denuncias de acoso por parte de sus diputadas, aumentando la grieta entre el sector pragmático --los posibilistas que defienden los pactos para volver a roles de gobierno-- y el sector radical --nostálgico de la unilateralidad y escépticos con facilitar la gobernabilidad de España--.
"Violencias silenciosas"
En estos momentos, uno de esos casos ya se ha resuelto con la expulsión de Cristina Casol, después de que la Oficina de Igualdad del Parlament determinase que no hubo acoso aunque sí crispación interna. Desde ese momento, Casol ha pasado a formar parte del grupo mixto y sigue reivindicando su versión de los hechos y el sufrimiento de acoso.
Por su parte, el caso pendiente de resolución es el de Aurora Madaula, que saltó a la palestra en el último pleno de mujeres del Parlament, en el que denunció "violencias silenciosas" por parte de "compañeros y compañeras" de su propio partido. Sus declaraciones sentaron como un jarro de agua fría entre las filas de los neoconvergentes, que llevaron una queja a la Comisión de Garantías de Junts y cuyo desenlace sigue siendo un misterio.
Pendiente de las conclusiones del Parlament
De este modo, Madaula y Casol son dos caras de una misma moneda: dos mujeres del sector de Laura Borràs presuntamente acosadas. Un escándalo que amenaza la estabilidad del grupo parlamentario en la recta final de la legislatura. La desconfianza de las diputadas hacia el órgano interno es total y no lo consideran neutral, lo que las empujó a acudir a la Cámara autonómica para dilucidar si ambas sufrieron acoso. Según apuntan diversas fuentes a este medio, las conclusiones del informe de Madaula podrían ir en una línea distinta al de Casol, cuyas denuncias no han podido ser probadas. Es decir, que Madaula podría tener más suerte en su periplo parlamentario poniendo al descubierto el presunto acoso al que habría sido sometida.
En cualquier caso, las conclusiones del Parlament no solo serán claves para el futuro político de Madaula, sino también para el del grupo parlamentario. Aunque Jordi Turull no moverá ninguna pieza hasta saber el contenido del informe, voces de la formación aseguran que si sigue la misma línea que el de Casol, Madaula seguirá su camino: “Se tendrá que ir”. No obstante, otros cuadros del partido desafectos con la situación temen que su caso no será tan fácil al ostentar un cargo de enorme relevancia institucional en la Mesa del Parlament.
Albert Batet, en el punto de mira
Si el informe da la razón a Madaula corroborando que hubo acoso, esto producirá un terremoto en Junts, cuya dirección tendrá que “hacer autocrítica”. En este punto, todas las miradas se dirigirían hacia el presidente del grupo parlamentario, Albert Batet. Hombre protegido por el expresident de la Generalitat fugado, Carles Puigdemont, pero que tiene fama de “cacique” dentro del grupo y podría "pagar los platos rotos" con Madaula y Casol.
“No lo echarán, pero quedará tocado”, aseguran a Crónica Global fuentes que coinciden en que Batet "se la juega y ya está débil” en algunos ámbitos del partido. Su estilo de liderazgo “autoritario” podría volverse en contra si Madaula obtiene un informe favorable a sus denuncias. Y, entonces, si bien no quedará “hundido”, otros neoconvergentes podrían “sustituirle” para las elecciones autonómicas.
El informe de la Oficina de Igualdad pondrá punto y aparte al caso Madaula, pero las guerras de poder en el grupo parlamentario podrían no haber hecho más que comenzar. Y Junts se juega las elecciones contra dos adversarios de primer nivel: PSC y ERC.