Una reunión del cuerpo consular de Barcelona con el gobierno municipal
El cuerpo consular de Barcelona se divide a las puertas de sus elecciones
- Discrepancias por la gestión del cónsul de Israel, Yosef David Sánchez-Molina, que ha tensado las costuras del ente
- La guerra de Gaza ahonda el cisma en una institución diplomática que solía estar unida
Discrepancias en el cuerpo consular de Barcelona a las puertas de sus elecciones internas, unos comicios que se celebrarán en marzo. La institución diplomática solía estar unida, pero ciertos puntos de la gestión del secretario general, Yosef David Sánchez-Molina, cónsul honorario de Israel, ha tensado las costuras del ente. Especialmente a raíz de la guerra en Gaza.
El cónsul de Israel, Yosef David Sánchez-Molina (d), en un compromiso oficial
Lo explican fuentes diplomáticas que detallan que el cuerpo consular irá a elecciones en primavera de 2024 y que se deben tener dos claves para entenderlas en su totalidad. Una, que serán continuistas salvo que un candidato alternativo desafíe a Sánchez-Molina. Y dos, la de cierto descontento que muestran algunos legados diplomáticos con el representante de Israel.
Gestión del líder consular
Ese malestar se ha nutrido por dos vías. Una de ellas sería la gestión diaria del actual secretario general. El empresario de la hostelería tomó las riendas del cuerpo en 2022 y su estilo no ha gustado a algunos de los cerca de 100 cónsules que componen la discreta pero influyente institución.
Se atribuye a Sánchez-Molina su "poca mano izquierda" a la hora de tejer alianzas con algunos de los países representados. Y, lo que es más, se añade a que aparentemente no reúne la "flexibilidad" para ser cómoda para el centenar de legados, que proceden de naciones muy diversas.
Un ente muy unánime
De hecho, la misma fuente subraya que el cuerpo consular de Barcelona "suele pronunciarse y actuar unido y a la par --como en la protesta por la retirada del exequatur a Albert Ginjaume en 2019--, aunque ello cueste "negociaciones internas que no trascienden". El ente oficial --lo es desde 1975-- dirime sus diferencias en el comité ejecutivo, aunque en el caso de Sánchez-Molina "no ha sido así".
Una reunión del cuerpo consular en el Ayuntamiento de Barcelona
En ocasiones, "se ha roto el protocolo y las formas", y ello no ha gustado a algunas valijas diplomáticas.
La guerra en Gaza no ha ayudado
A ese trazo fino que requiere la figura de coordinador del cuerpo consular de Barcelona --hay un decano o presidente, el cónsul de Ucrania, como avanzó este medio, pero no lleva el día a día del organismo-- no ha ayudado la crisis en Israel a partir del ataque terrorista de Hamás en el entorno de la Franja de Gaza el 7 de octubre de 2023.
La respuesta militar del estado hebreo provocó dudas a algunos países, incluida España, que verbalizaron su malestar. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lo hizo en situ en Israel, y, como consecuencia, el país retiró a su embajador en Madrid. "La embajada quedó inoperativa", explican. Pero la semana pasada regresó a la capital la legada, Rodica Radian-Gordon. Y, con ella, el cónsul en Barcelona. "Se espera una normalización", deslizan las voces del comité ejecutivo consultadas.
Años tranquilos
De hecho, algunas de las decisiones del cónsul honorario de Israel son lo único que ha tensado la comunidad diplomática en Cataluña en los últimos años. Ha habido incidentes puntuales, como las imputaciones de los cónsules de Croacia y Finlandia vinculadas a sendos procedimientos penales, pero las dos han quedado archivadas, como explicó este medio. No había delito.
Artiem Vorobyov, cónsul de Ucrania en Barcelona y decano del cuerpo
Por su parte, el cónsul de República Dominicana copó titulares por un accidente de coche cuando estaba ebrio en verano de 2023. El país-isla le destituyó en julio y cerró la crisis. Antes, la guerra de Ucrania provocó el envío de paquetes sospechosos a la oficina del país en la calle Numancia. La respuesta fue reforzar la seguridad.
Elecciones
En este contexto, los cónsules irán a elecciones en marzo. Lo harán divididos entre los partidarios de Sánchez-Molina, que le ven el carácter adecuado y "personalidad" para elevar el perfil del organismo. Los detractores del legado señalan su notoriedad extradiplomática, afirman que aparentemente mantiene múltiples intereses económicos y consideran que mantiene ciertos ademanes poco conciliadores.
Eso sí, en ningún caso se repetirá la etapa más tensa de la asociación oficial, los años del procés independentista. El Gobierno terminó destituyendo a seis cónsules por, tal y como argumentó el Ministerio de Exteriores, su afinidad con el desafío independentista en Cataluña.
