La casa del juez Pablo Llarena manchada con pintura amarilla lanzada por Arran / TWITTER

La casa del juez Pablo Llarena manchada con pintura amarilla lanzada por Arran / TWITTER

Política

Arran ataca de nuevo la casa del juez Pablo Llarena

Los cachorros de la CUP señalan con pintura amarilla el domicilio del magistrado del Tribunal Supremo que instruye la macrocausa por el 'procés'

14 noviembre, 2018 10:48

Arran vuelve a amenazar al juez Pablo Llarena. Los cachorros de la CUP han señalado con pintura amarilla el domicilio en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) del magistrado que instruye la macrocausa por el procés independentista. En un vídeo en su cuenta oficial de Twitter, los radicales han mostrado cómo vaciaban cubos de pintura en el portal del apartamento propiedad del letrado. Asimismo, han ofrecido la dirección exacta en tono amenazante.

Este es el segundo ataque de los antisistema contra el magistrado que está al mando de la causa que juzga a los líderes independentistas que orquestaron el procés en Cataluña. El primer episodio de ensañamiento se produjo en la población de Das (Girona), donde los radicales pintaron el eslógan Fascista ante un chalé que creían propiedad de Llarena. No obstante, se equivocaron de propiedad.

'Chulean' en Twitter

El señalamiento al magistrado del Tribunal Supremo se produce después de que Arran, que ha sido protagonista de diversos actos vandálicos en los últimos meses en Cataluña, desafiara a la fuerza pública. Tras las pintadas contra el juez Pablo Llarena en Das, donde veraneaba el magistrado, los antisistema avisaron en su perfil oficial en Twitter que "si este mensaje llegaba a los 300 retuits, volverían a grafitear la casa". Su publicación en la red de los 280 caracteres superó los 11.000 retuits y los radicales han cumplido su amenaza la noche del martes al miércoles.

Las pintadas amenazantes de Arran contra el juez Pablo Llarena en Das (Girona) / RTVE

Las pintadas amenazantes de Arran contra el juez Pablo Llarena en Das (Girona) / RTVE

Las pintadas amenazantes de Arran contra el juez Pablo Llarena en Das (Girona) en abril / RTVE

Armados con un bote de pintura amarilla, Arran ha señalado la residencia en la localidad barcelonesa de Sant Cugat del Vallès arrojando todo el cubo en el portal donde, según ellos, vive Llarena. No contentos con ello, el grupo juvenil radical vinculado a la CUP ha revelado la dirección exacta del domicilio. Aparece sobreimpresa en el vídeo en el que los antisistema se jactan de su acto vandálico.

Los CDR, también contra Llarena

La obsesión de Arran contra el magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo no es única en el independentismo catalán. El juez ha sufrido un auténtico via crucis desde que asumió la macrocausa por la organización del referéndum ilegal de secesión del 1 de octubre de 2017 y la posterior declaración unilateral de independencia (DUI) fallida del mismo mes. Tras el ataque a su chalé en La Cerdaña, la Fiscalía y el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) coincidieron en pedir protección para el letrado. Ello no evitó que pocos días después de las pintadas en la casa del magistrado, los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR) colgaran carteles con su foto en el municipio turístico.

El juez Pablo Llarena, acosado por los CDR en Girona / CG

El juez Pablo Llarena, acosado por los CDR en Girona / CG

El juez Pablo Llarena, acosado por los CDR en Girona / CG

Hubo más. El pasado 29 de julio, el juez Pablo Llarena fue increpado por miembros de los CDR tras cenar en un restaurante en Mont-ras (Girona) en compañía del presidente del grupo municipal del PP en Barcelona, Alberto Fernández Díaz. Los Comités de Palafrugell, localidad vecina, colgaron un vídeo en el que se apreciaba el escrache y ataque intimidatorio al magistrado. Los independentistas lo cercaron cuando éste salía de cenar del restaurante a la 1:00 de la madrugada y trataron de acorralar su coche con sus vehículos. Los escoltas de Llarena respondieron colocando las luces azules y la sirena en el techo del automóvil. Tras ello, uno de los presentes golpeó el coche y le dijo: "Adiós, bonito, bienvenido al Empordà", después de que otro activista radical coreara uno de los cánticos estrella de los radicales: "Las calles serán siempre nuestras".