Bueno, en realidad solo son amigos de la Cataluña secesionista; a la otra le pueden dar mucho por saco porque ya se sabe que está compuesta por votantes del PP, PSC y Ciutadans, es decir, por fachas devotos del funesto régimen del 78 que solo merecen el desprecio y el basureo permanentes. Los pudimos ver en Madrid hace unos días, en el Teatro del Barrio que dirige mi amigo Alberto San Juan, en un acto a favor del referéndum que permitió a Joan Tardà, entre otras cosas, recurrir a un lacrimógeno tonillo guerracivilista al hablar de la solidaridad entre Cataluña y Madrid, aunque en su caso sea de boquilla, pues ya sabemos la opinión que le merecen todos los ciudadanos de la península que no tengan la suerte de ser catalanes y pensar como él.

Haciendo un esfuerzo de buena fe, podríamos decir que el público del Teatro del Barrio --y los que se quedaron en la calle, pues 130 butacas no dan para mucho-- estaba compuesto de almas puras que creen en el derecho a la autodeterminación de los pueblos, pero hay otros amigos de Cataluña cuyas intenciones no parecen tan nobles.

Que el PP da grima es algo de lo que muchos somos conscientes, querido Pablemos, pero que tú confundas a un partido corrupto con España no dice mucho a favor de tu perspicacia política

Pensemos en Pablo Iglesias, sin ir más lejos. Obcecado con lo que él llama, despectivamente, el régimen del 78, hace tiempo que ha optado por la fórmula "cuanto peor, mejor", pues cree que apoyar la revuelta de las sonrisas (y de los linchamientos en Twitter) no servirá para lo que aparenta, romper un país, sino para desalojar al PP del poder y caminar hacia la tercera república española. Dios le conserve la vista, ya que a nuestros separatistas España se la sopla y solo quieren librarse de ella cuanto antes. Que el PP da grima es algo de lo que muchos somos conscientes, querido Pablemos, pero que tú confundas a un partido corrupto con España no dice mucho a favor de tu perspicacia política. Aunque sí lo suficiente acerca de tu voluntad de alcanzar el poder al precio que sea, aunque la España con la que te encuentres consista únicamente en los restos de lo que fue.

Si lo de Iglesias es mero oportunismo, ¿cómo definir lo de pensadores como Suso de Toro y Ramón Cotarelo? ¿Por qué están tan empeñados en la secesión de Cataluña cuando uno es gallego y el otro vive en Madrid? ¿Andan necesitados de causas que les rediman? Pues tal vez podrían elegirlas con algo más de tino, sobre todo el señor de Toro, que ya se cubrió de gloria hace unos años respaldando sin fisuras al inane Rodríguez Zapatero, hasta el punto de redactarle una hagiografía de ésas que dan vergüenza ajena. Cotarelo, por lo menos, se saca unos eurillos con sus colaboraciones en la prensa secesionista y se pasea por TV3 como Pedro por su casa, aunque sigo sin entender su obsesión por convertirse en el Lord Chow Chow o la Rosa de Tokio de los separatistas.

En cualquier caso, con amigos como éstos, ¿quién necesita enemigos?