El pasado 1 de febrero de 2021 Le Monde anunciaba la publicación de las investigaciones denominadas 'OpenLux', un juego de palabras entre Luxemburgo, apertura del secreto luxemburgués y luz. En la misma aparecen nombres como Shakira, Angelina Jolie y Brad Pitt, la familia Hermès, el príncipe heredero de Arabia Saudí y tres cuartas partes de las empresas del CAC-40, el índice de referencia de la Bolsa de París. Shakira es, ya, el perejil de todas las salsas defraudatorias.

El escándalo de los papeles de Panamá provocó la directiva europea de 2018 que exige la creación de registros públicos de propiedades inmobiliarias y sociedades con reflejo de todos los dueños reales (beneficial owner) en todos los Estados miembro. Ésta fue implementada por Luxemburgo en 2019. Gracias a ella, Le Monde ha podido investigar en más de tres millones de documentos. El monto del perjuicio a la Unión Europea ronda los 10.000 millones de euros anuales. La investigación comprendía documentos de las empresas, estados financieros y declaraciones de beneficiarios reales de más de 260.000 empresas que cubren un período desde 1955 hasta diciembre de 2020. Según el propio Le Monde los datos revelan fondos cuestionables que podrían estar vinculados con la mafia rusa y calabresa. En total, hasta 65.000 beneficiarios han sido identificados, entre ellos 279 de los millonarios incluidos en la clasificación de la revista Forbes.

El sistema jurídico mercantil, el de fundaciones y el sistema tributario convierten al Gran Ducado en un auténtico coladero para las fortunas. De hecho, deja en paños menores a la tan criticada tributación andorrana. Una Sicav o Sociedad de Inversión de Capital Variable es un instrumento financiero que permite invertir dinero y diferir el pago anual de impuestos, (del mismo modo que ocurre con los fondos de inversión), pero a través de la creación de una sociedad anónima cuyo objeto social es invertir en activos financieros. Precisan de 100 socios y 2.400.000 euros de capital social como mínimo. Poseen las mismas ventajas fiscales que los fondos de inversión con una tributación para los rendimientos y plusvalías de la sociedad del 1% y entre el 21% y el 27% para las ganancias patrimoniales de los socios derivadas de la venta de participaciones o el pago de dividendos. En Luxemburgo es del 0’5%. Los socios suele ser una sola persona o grupo familiar o empresarial y el resto son los denominados “mariachis” o firmones de toda la vida. Actualmente se está produciendo una fuga masiva de estos instrumentos desde España hacia Luxemburgo.

Atención, no estamos hablando de que Luxemburgo sea un paraíso fiscal. Se trata de que es otro país con una tributación muchísimo más baja que la española y que hasta ahora gozaba de una opacidad en los registros públicos igual o parecida a la española. Sí, efectivamente, han leído correctamente, España sigue sin aplicar la normativa europea por la que deben ser públicos los verdaderos titulares de sociedades y de inmuebles. Teóricamente lo hará este año. Aunque hay países dentro de la UE que todavía son más “curiosos”.

Curiosamente, a Iglesias todos esos datos o bien se le escapan por ignorancia o bien, si los conoce, calla como un muerto. Tiene el poder suficiente como para presionar a sus socios de gobierno para que España se hubiera adaptado antes.

El consejo que la presteza en la ejecución hace seguro, lo hace frecuentemente temerario la tardanza. (Tito Livio).