Era el mediodía del domingo cuando supe que la policía alemana había detenido al turista errante. El sábado había escrito para tres diarios catalanes mi Carta del Domingo que cuelgo en Face, titulado Por qué no quiero que los indepes estén en la trena. Resumo el porqué: la prisión no castigará al voto indepe por la mentira de la proclamación virtual de la República catalana del 27-O, sino que repetiremos las elecciones del 21D. Y medio año después pasaremos a una nueva patología más aguda: invernados en verano, y lo que te rondaré morena.

Lo único bueno de esta parálisis institucional es que se ha cerrado el grifo a la subvención de los medios indepes que están sostenidos por las arcas de la Generalitat. En consecuencia les esperan meses de sequía...

Sonreí al saber lo del turista errante porque no es igual ser detenido en las repúblicas alemana, francesa o italiana que en la monarquía de Dinamarca o el Waterloo belga, y no es una contradicción porque, si alguien merece pasar larga temporada en prisión, es el fugado a Flandes, ya que si existe un campeón de la mentira --ahora la llaman posverdad--, es el hijo de pastelero de Amer, que no va a necesitar el oficio de sus padres a no ser que trabaje de pinche en la panadería de Estremera.

Me alegré porque supera la ley de política para entrar de lleno a una ley física tan exacta como la de Newton. Mi alegría es inversamente proporcional al cabreo de los indepes. Soy de letras, pero algún recuerdo me queda de matemáticas.

La República y la Revolución social pueden esperar, la independencia no merece perder una semana de nieve y forfait

Ya se sabe que la Alemania de Merkel o la Francia de Macron es como la democracia turca donde Erdogan ha derogado sus Delicias, una película anterior y más caliente que La pasión turca de la eterna Ana Belén... Sólo así se explica la buena sintonía de la canciller Angela con el presidente Mariano.

Los de la CUP y los pacifistas del Comité de Defensa de la República viven en un país a años luz del real que dicen defender quemando carritos de la basura al pedir la huelga general para ganar el pulso a los panzer alemanes.

Sus simpatizantes llenarán esta semana Baqueira Beret porque el meteorólogo Molina ha dicho que hacía años que no había tanta ni tan buena nieve. La República y la Revolución social pueden esperar, la independencia no merece perder una semana de nieve y forfait.

PD: Han pasado 155 días desde que fue cesado el fugado hasta que ha sido detenido.