Dos lecturas juveniles para este verano: la fuerza de la narración social y solidaria

Verano. Mucho más tiempo para leer, aunque los lectores siempre han encontrado su momento, también durante el resto del año. Pero el verano sugiere escenas distintas, libros muy concretos para jóvenes, buena literatura para disfrutar y, si puede ser, también para introducir valores como la solidaridad, valores sociales que la buena literatura juvenil siempre ha sabido proyectar. Es el caso de dos lecturas escritas por narradores nórdicos: El Sur, de la noruega Marianne Kaurin, y Piscina, del alemán Will Gmehling, los dos editados por Vegueta.

La cuestión es la propia etiqueta. ¿En qué momento los jóvenes se sienten atrapados por la lectura? ¿Y cuál es la edad para llegar a determinadas lecturas? Los clásicos siempre están al alcance, desde Julio Verne a Enid Blyton. Sin embargo, el estilo cambia, las historias deben ser otras, la creación evoluciona. Lo que no cambia, o no debería, es la necesidad de acompañar a los jóvenes para que puedan ser ciudadanos. 

El Sur entra en ese terreno. La autora es un ejemplo claro de la labor que hay detrás. Mariane Kaurin nació en la ciudad noruega de Tornsberg en 1974, y reside en Oslo. Estudió literatura y escritura creativa en el Instituto Noruego del Libro Infantil. Escribe, pero también es editora de libros infantiles. 

Portada de 'El Sur'

Porque, ¿qué desea ese joven que acaba sus estudios de sexto curso? El tiempo vacacional que se inicia es el que siempre quedará en el recuerdo. Sin responsabilidades claras todavía, sin experiencias muy marcadas –hay excepciones, claro—los chicos y chicas se disponen a disfrutar de ese ocio, en familia o con sus amigos. En El Sur todos los jóvenes de la clase exponen ante su profesora lo que harán en esas vacaciones. Y es cierto que no todos podrán viajar, que no se irán al ‘sur’, que en la mentalidad de un nórdico es sinónimo de España o de Italia, o Grecia. Y muchos o algunos deberán pasar ese verano en sus barrios, en casas de protección oficial, en ambientes modestos.

Deberá primar la imaginación y también la realidad, la capacidad de hacer amigos –muy complicada en estos tiempos de soledad digital—y de soñar con ese ‘sur’ inalcanzable. El libro de Kaurin logra ese propósito, para que una de las alumnas, Ina, haga de sus vacaciones en el barrio pobre de la ciudad su propio ‘sur’, acompañada de un amigo, Vilmer. 

El libro refleja la gran capacidad de la literatura para transformar, para ofrecer seguridad a un lector joven, que comprueba cómo la temerosa Ina se acaba dirigiendo a sus compañeros de clase, con el comienzo del nuevo curso escolar, con un enorme aplomo, sin titubeos, con orgullo. Ha estado en el ‘sur’, lo tiene claro. ¿Qué ‘sur’? El que cada uno sea capaz de construir. El libro de Kaurin fue galadornado en 2021 con uno de los premios literarios más prestigiosos del mundo, el Premio Alemán de Literatura Juvenil, y el audiolibro figuró en la lista de los mejores libros del año en la cadena alemana H2 Radio. Con la traducción del noruego a cargo de Ana Flecha Marco, la ilustración de la cubierta es de Angelika Schneider, en una cuidada edición de Vegueta, que presenta el libro como un auténtico regalo. 

El libro de literatura juvenil, 'Piscina', de Will Gmehling, en una piscina en Cataluña / LG

La otra propuesta para este verano es ‘Piscina’, ya editado previamente por Vegueta, y que mantiene la misma filosofía. Camina por el sendero de la mejor literatura juvenil, con una historia que ofrece un mensaje de solidaridad, con los lazos entre la familia Bukowski y la comunidad local, en una ciudad alemana. El libro obtuvo el Premio Alemán de Literatura Juvenil en 2020, y explica la historia de tres que pasarán todo el verano en la piscina al aire libre, una piscina que en una ciudad alemana no es, precisamente, la misma que podamos disfrutar en una ciudad mediterránea del sur. 

La historia hace referencia a un hecho casual, importante, que lleva a los tres hermanos a poder disfrutar de una piscina en verano, en una ciudad dura, en un barrio complicado. La familia se ayuda, es consciente de las dificultades, y muestra su mejor cara. Se buscan soluciones cuando las cosas se ponen feas. 

Traducido del alemán en castellano por José Aníbal Campos, el libro muestra la creatividad y la intención de formar a los más jóvenes, a través del poder de la palabra, que hoy parece perder la batalla frente al juego electrónico o la pantalla de las redes sociales. Esa palabra la cuida y la plasma el escritor Will Gmehling, que se ha hecho a sí mismo. Fue pintor de cuadros para adultos, pero intuyó que podía escribir historias para jóvenes y a ello se dedica desde Bremen, “siempre ventilada por el viento del mar”. 

¿Se trata de literatura moralista o demasiado dirigida? No lo es, pero busca una cierta profundidad, mientras entretiene y lleva al lector por los caminos de la imaginación. Los jóvenes tienen libros para ellos, una amplia oferta. ¿Los saben apreciar? En todo caso, ahí están esas dos obras: El Sur y Piscina.