La memoria cautiva
La Fundación Mapfre inaugura en el centro de fotografía KBr de Barcelona una exposición monográfica sobre el daguerrotipo, con una evolución asombrosa
28 febrero, 2021 00:00Aunque su presentación oficial tuvo lugar el 7 de enero de 1839 en la Academia de Ciencias de París, Louis-Jacques-Mandé Daguerre llevaba ya algunos años trabajando en el artilugio que lleva su nombre: el daguerrotipo. Sin embargo, conviene recordar que su invento deriva de la llamada heliografía, una técnica ingeniada por Joseph-Nicéphore Niépce, artífice de la primera fotografía de la historia. Esta primera imagen fue tomada en 1826 y según parece fueron necesarias ocho horas de exposición para obtenerla.
Dentro de pocos años habrán transcurrido dos siglos de esta primera toma. Desde entonces la tecnología se ha convertido en la gran aliada de la fotografía y de estas aparatosas y pesadas cámaras apenas queda nada salvo la intención con la fueron creadas, la necesidad de atrapar instantes. Función que cumplen a la perfección los teléfonos inteligentes, la herramienta perfecta de una sociedad hedonista que invade a diario las redes sociales con millones de selfies o contenidos desprovistos, en su mayoría, de cualquier fundamento útil. Un uso muy alejado de las expectativas que despertaron la aparición del daguerrotipo en el XIX, en un mundo carente de documentos gráficos precisos, la llegada de “el espejo de la memoria”, como se referían a él por aquel entonces supuso una auténtica revolución.
Historia de la fotografía
El centro KBr de Barcelona inauguró el pasado 26 de febrero, en colaboración con el Centre de Recerca i Difusió de la Imatge (CRDI) del Ayuntamiento de Girona, La mirada cautiva. La colección de daguerrotipos del Centre de Recerca i Difusiò de la Imatge, una exposición consagrada a los orígenes de esta disciplina que ha sido posible gracias al fondo de daguerrotipos de CRDI y a la colección de instrumentos vinculados con la técnica fotográfica aportados por el Museu del Cinema-Col·lecció Tomás Mallol de Girona.
Retratos de estudio individuales, de pareja o de grupo, turbadoras imágenes post morten, la primera edición del libro de Daguerre en castellano, publicado en Barcelona el mismo año en el que se editó el original en 1839, una caja con un laboratorio de daguerrotipo o diversas lámparas de laboratorios fotográficos son algunas de las piezas que descubriremos durante el recorrido.
La exposición, comisariada por Joan Boadas Raset y David Iglesias Franch, pretende divulgar el valioso patrimonio documental de la ciudad de Girona y está estructurada en tres secciones: La cámara oscura, Louis-Jacques-Mandé Daguerre y La colección.
La técnica de atrapar instantes
Para el intelectual franco-búlgaro Tzvetan Todorov la palabra “cautiva” sugería la intención de “atrapar el instante y fijar algo que huye”. No es por tanto insustancial su inclusión en el título de la muestra. Quizás sea ese intento de capturar el tiempo lo que nos provoca una extraña sensación de inquietud cuando contemplamos estas antiguas imágenes. Un matiz emocional muy distinto a la que nos produce la observación, por ejemplo, de un cuadro. Y es que este rudimentario método parecía atrapar algo más que una mera imagen.
Los primeros prototipos de esta cámara obscura son fruto de diversos ensayos con sustancias sensibles a la luz sobre diferentes soportes realizados por Daguerre en colaboración con Niépce. A partir de la idea inicial que proponía el francés muchos otros comenzaron a experimentar y a exponer sus resultados. Comenzó así una lucha entre varios países, sobre todo los británicos, por hacerse con la patente de este invento revolucionario. Pero las notables diferencias entre las imágenes desarrolladas por el inglés William Henry Talbot y las del propio Daguerre inclinaron finalmente la balanza a favor de este último. “Debo decirte que comparado con estas obras maestras Talbot produce únicamente niebla”, reconocía en una carta John Herschel, célebre matemático, astrónomo y acérrimo defensor de la patente inglesa, tras visitar a Daguerre en 1839. Finalmente el Gobierno de Francia adquirió el invento convencido de que “el proceso del Sr. Daguerre es un gran descubrimiento. Es el origen de un nuevo arte en el seno de una civilización antigua; el devenir de una nueva era”.
El daguerrotipo en España
La técnica daguerrotípica se propagó con celeridad por todo Occidente, también en nuestro país, inmerso en aquella época en graves tensiones políticas entre liberales y carlistas. A pesar de las circunstancias, tan solo 19 días después de que el procedimiento se presentara en la academia parisina, el Diario de Barcelona se hacía eco de la noticia en sus páginas. Pocos años después, en 1848, se publica por primera vez un volumen ilustrado con 21 aguafuertes sacados de daguerrotipos, dos de las imágenes eran paisajes de Girona. El ejemplar, con textos de Francisco Pi y Margall se titulaba España. Obra Pintoresca.
Comenzaba así en España un gran interés por este novedoso sistema, sobre todo en el entorno científico. Entre las personas que contribuyeron en su difusión conviene destacar el papel del humanista Pedro Felipe Monlau, su labor fue determinante para la adquisición del primer daguerrotipo en la Academia de Ciencias Naturales y Artes de Barcelona tras conocer, de primera mano, su procedimiento en París. No menos importante fue la labor de Eugenio de Ochoa y Montel, el primer traductor del manual de Daguerre sobre su método, o la del catedrático de farmacia Juan María Pou y Camps, uno de los artífices del primer experimento del daguerrotipo en Madrid. En Girona los primeros retratos sobre este soporte datan de 1849 y fueron realizados por una autora francesa que se anunciaba como retratista en el diario gerundense El postillón.
Desde 1997 el CDRI promueve, difunde y protege el patrimonio visual de la ciudad de Girona. Cuenta con valiosos fondos de ferrotipos, ambrotipos y daguerrotipos procedentes de la Colección Ángel Fuentes de Cía, conservador de fotografía de origen navarro, y de la de Joan Basseda Casas, joyero y coleccionista de Vallvidrera. Con sus valiosas aportaciones a la muestra, que permanecerá abierta hasta el próximo 23 de mayo, se inicia una serie de estrechas colaboraciones con diversas instituciones catalanas con el propósito de difundir su notable patrimonio fotográfico.
'Retrato de mujer', 1848-1855, Autoría desconocida / COLECCIÓN JOAN BASSEDA CASAS