Así es el castillo más infravalorado y desconocido de Cataluña: se visita gratis, es del siglo X y está a 20 minutos de Barcelona
- Esta fortaleza está catalogada como un Bien de Interés Cultural
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Hablar de Cataluña es hablar de Dalí, de Gaudí, del románico, de cultura, de vino y también de castillos. La comunidad autónoma alberga un rico legado histórico en forma de fortalezas que se extienden por toda su geografía.
Desde las murallas imponentes de Montjuïc en Barcelona hasta los castillos medievales de Cardona y Talamanca, el territorio catalán ofrece un viaje a través del tiempo. Sin embargo, entre los menos conocidos, aunque no menos fascinantes, destaca el castillo de Burriac.
Dónde está
Situado a unos 20 minutos de Barcelona, esta fortificación se alza imponente en la comarca del Maresme. Su increíble torre circular y las ruinas de sus antiguos muros, lucen espectaculares en la colina de Burriac, en el término Cabrera de Mar y junto a Argentona.
El castillo, ahora en ruinas, es una construcción medieval ubicada en lo alto de un cerro a 400 metros sobre el nivel del mar, con vistas espectaculares a la costa mediterránea. Este enclave estratégico domina el paisaje y cuenta con una planta irregular que se adapta al terreno accidentado.
Cómo es el castillo
A pesar de su estado, sus restos permiten vislumbrar cómo era. Dividido en dos zonas principales, la parte inferior o "jussana" abarca un patio rodeado por murallas que antiguamente albergaba estancias de servicio y almacenes. En la parte superior o "sobirana", se encuentra la residencia principal, destacada por su torre del homenaje, de planta circular y una altura de 15 metros.
Esta torre, la parte en mejor estado, conserva una cisterna romana reutilizada y está rodeada de elementos arquitectónicos propios de la Edad Media, como la capilla de Sant Vicenç, restos de su ábside y varias salas nobles, incluidas una gran sala de armas de estilo gótico. Aunque la configuración actual es principalmente del siglo XV, los orígenes del castillo datan de los siglos X y XI, lo que añade un matiz aún más histórico a su estructura.
La historia de Burriac
De hecho, los primeros datos sobre la historia del castillo de Burriac están documentados desde el siglo XI, cuando era conocido como Castrum Sancti Vicentii y se encontraba bajo el dominio de la casa condal de Barcelona. Con el tiempo, la fortaleza pasó a ser controlada por la familia Santvicenç, vasallos de los condes, quienes administraron el castillo durante varias generaciones.
En el siglo XIV, la propiedad cambió de manos al ser adquirida por Guillema de Montcada, aunque pronto retornó al dominio real. Posteriormente, en 1352, el castillo pasó a Pere Desbosc, un importante funcionario real. En 1471, Joan II otorgó los derechos del castillo a Pere Joan Ferrer, momento en el cual este dominio pasó a llamarse baronía del Maresme. A lo largo del tiempo, el castillo experimentó varios traspasos, hasta que en 1931 el municipio de Cabrera adquirió las ruinas de la estructura.
Visita gratis para amantes del senderismo
Acceder al castillo de Burriac es gratis y relativamente fácil. Desde la cercana Argentona parte una ruta circular que parte del parque de la Font Picant y recorre varias fuentes naturales hasta llegar a la antigua fortaleza. La caminata se dirige hacia el sur, con un ascenso que lleva a los excursionistas a través de las Roques Encantades, un paisaje característico de pinares y formaciones rocosas.
A medida que se asciende por el Turó dels Oriols, el sendero se convierte en una pista que conduce hasta el castillo. Desde la cima, la ruta continúa hacia la Creu de l'Avellà y recorre el Turó de Cirers, ofreciendo vistas panorámicas desde las Roques d'en Vivó antes de descender al torrente de Burriac a través del Camí de les Fonts, un sendero que desciende suavemente por un bosque mediterráneo de pinos y encinas.
Detalles de la ruta
La ubicación del castillo, en pleno Parque de la Serralada Litoral, convierte la excursión en un recorrido natural e histórico. Este parque es un espacio protegido que se extiende a lo largo de la primera línea montañosa frente al Mediterráneo, conservando un conjunto de elementos patrimoniales que ofrecen una perspectiva única sobre los primeros pobladores de la región.
Ellos fueron los que, viendo que la colina era un punto inmejorable de vigilancia y control del territorio, erigieron el castillo de Burriac. Esos tiempos pasaron y, a pesar del estado en el que se encuentra, los restos de esta fortificación recuerdan la importancia de este lugar, una relevancia que se ha puesto de relieve al declarar el castillo Bien Cultural de Interés Nacional.