Ni Cadaqués ni Portlligat: este es el impresionante mirador natural que inspiró a Dalí
- Esta zona aparece en uno de los cuadros más famosos del pintor surrealista
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Mirar un cuadro de Dalí es adentrarse en un mundo surrealista cargado de referencias: desde el psicoanálisis a la historia de la pintura, pasando por los sueños y la sexualidad, el pintor invita a quien se detenga ante una de sus pinturas a viajar con él.
Han pasado los años y escudriñar cualquier obra del genio surrealista catalán es una aventura. Él mismo dio pistas sobre algunos de sus referentes y fuentes de inspiración y, sin duda, uno de ellos fue un mirador natural que le cautivó: el Cap de Creus.
Un mirador en sus cuadros
La fascinación de Dalí por estos paisajes se refleja en múltiples cuadros, donde el mar, las rocas y la luz mediterránea son protagonistas. En pinturas como El gran masturbador, se pueden ver las formas características de la costa de Cap de Creus, transformadas por la imaginación del pintor en símbolos y formas surrealistas.
El paisaje que rodea a Cadaqués, su tierra natal, fue uno de los elementos más recurrentes en su obra y fuente inagotable de inspiración. La conexión de Dalí con esta zona, especialmente con Portlligat, fue mucho más que estética: era una unión simbiótica que alimentó su estilo único y contribuyó a forjar su identidad artística, pero este parque natural ocupa un lugar especial.
Dalí habla de su inspiración
Dalí no solo pintaba los paisajes de Cadaqués, Portlligat y el Cap de Creus; también se inspiraba profundamente en sus formas, sus colores y su atmósfera. En palabras del propio artista, Portlligat le ofrecía una "alegría salvaje" por las mañanas y una “tristeza morbosa” al atardecer, un reflejo de la intensidad de las emociones que el lugar le evocaba.
Además, el pintor veía en este cabo de Cataluña una aridez mineral y planetaria que trasladó a su obra, logrando que el paisaje se convirtiera en un personaje más de su universo creativo. Dalí capturó cada matiz de luz y sombra en sus cuadros, mostrando su vínculo especial con la zona.
El Cap de Creus
Para quien no lo conozca el Cap de Creus es un parque natural bastante único, por su naturaleza y sus características. En sus 13.843 hectáreas, hay más de 3.000 corresponden a su área marítima, lo que lo convierte en un parque natural marítimo-terrestre. Tanto lo que está en la superficie como la vida bajo el mar están protegidas.
Su proximidad con el mar hace que dentro de la zona del parque se encuentren calas y bahías de una belleza extraordinaria de una roca de pizarra que le dan un color especial. Además, el hecho de que muchas de playas solo sean accesibles por mar las mantiene muy protegidas, limpias y poco intervenidas. A eso hay que sumar la claridad y baja contaminación de sus aguas que convierten el espacio en un entorno especial tanto para su ecosistema marino como para su singularidad geológica.
Playas inspiradoras
Otro punto a favor, aunque en contra del visitante, es el viento. Si la tramontana molesta a muchas de las personas que visitan el parque, la erosión natural ha creado formas rocosas inusuales, muchas de las cuales captaron la atención de Dalí y lo llevaron a ver en ellas figuras y rostros que luego trasladaría a sus cuadros. Entre las calas de esta zona destacan Cala Culip, Cala Bona, Racó des Barrilers y Racó de sa Conillera, entre otras.
Otra opción para conocer el parque mirador que inspiró a Dalí es quedarse en las superficies y seguir algunos de sus senderos. Las rutas del Parque Natural del Cap de Creus permiten recorrer su gran diversidad paisajística y uno de ellos, se dice, pudo ser el más transitado por Dalí, el que une Cadaqués con el cabo.
Una ruta con destino Dalí
Este recorrido, de 14 kilómetros entre la ida y la vuelta, ofrece una vista cercana de lugares clave como la playa de Sant Lluís y la bahía de Guillola, donde se encuentra la Roca Cavallera, que inspiró a Dalí para crear formas únicas en sus obras. Vale la pena disfrutar del silencio y la melodía de las olas que rompen en los acantilados que inspiraron al artista.
Y al volver, uno puede parar en la casa taller que el catalán se hizo construir en Portlligat, partiendo de un grupo de antiguas barracas de pescadores. Este rincón se caracteriza por su peculiar disposición: al mirarlo desde la playa, parece estar rodeado de tierra, con un aspecto de lago. Dos islas, Portlligat y Sa Farnera, contribuyen a este efecto visual. Una manera de comprobar como el paisaje del Cap de Creus inspiraron a Dalí.