El pueblo catalán de cuatro letras oculto en el Pirineo: un desconocido paraje medieval con menos de 40 habitantes
- El municipio cuenta con un castillo del siglo XI que forma parte del Patrimonio de Cataluña
- Más información: No es el pueblo más bonito de Cataluña, pero sí el más antiguo: está en Girona y muy pocos lo conocen
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Los Pirineos son el lugar ideal para desconectar. A veces no hace falta ni salir a hacer una ruta de senderismo, sino acercarse a uno de sus pequeños pueblos que no llegan ni a los 50 habitantes para disfrutar de su tranquilidad.
Uno de estos rincones desconocidos, que se escapan de los mapas turísticos, es un municipio que apenas supera los 35 vecinos y de un nombre con menos letras que habitantes, cuatro. Se trata de Burg.
Dónde está
Ubicado en el término municipal de Farrera, en la comarca del Pallars Sobirà (Lleida), este rincón montañoso parece sacado de un cuento, por la imagen que da. Se extiende sobre la ladera suroeste de la Serra de la Màniga, en una zona donde el tiempo parece haberse detenido.
Los orígenes de Burg se remontan a la época medieval, cuando este pequeño enclave formaba parte de los dominios de los condes del Pallars Jussà, para luego integrarse en el territorio controlado por los condes del Pallars Sobirà. La primera mención documentada de la villa data del año 1032, cuando un conjunto de viviendas inconexas comenzaba a tomar forma en torno a un primitivo núcleo urbano.
Un patrimonio
Fue en aquellos años cuando se levantó el castillo de Burg, una construcción robusta rodeada de murallas que alcanzaban los diez metros de altura. Aunque hoy en día solo queda un vestigio de esta fortaleza–una pared de la iglesia de Sant Cristòfol–, su legado ha perdurado, y esta ruina sigue siendo parte del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña, recordando la importancia que tuvo en la historia local.
Más allá de este legado, el núcleo urbano de Burg tambien guarda una belleza de otra época. Destaca sobre todo por sus casas de piedra natural con tejados de pizarra, una arquitectura típicamente pirenaica que se ha mantenido prácticamente intacta con el paso de los siglos. Todas ellas adornan el laberinto medieval de sus calles que invita a explorar cada rincón y cada perspectiva de un pueblo que respira historia.
Iglesia románica
En el centro del pueblo se encuentra la iglesia de Sant Bartomeu, una edificación románica del siglo XII que funciona como eje central de la comunidad. Esta iglesia, sencilla, pero impregnada de espiritualidad, destaca por sus muros robustos que han sido testigos de innumerables generaciones de burgueses. Desde su ubicación elevada, ofrece vistas panorámicas del valle y las montañas circundantes, lo que la convierte en un excelente mirador natural.
Ya a las afueras del municipio, a pocos kilómetros, se extiende el parque natural de l’Alt Pirineu, el mayor espacio natural protegido de Cataluña, que cubre alrededor de 80.000 hectáreas. Este parque es famoso, entre otras cosas, porque allí se encuentra el pico más alto de Cataluña, la imponente Pica d’Estats.
Qué hacer
Más allá de este detalle geográfico, el parque es un refugio para la biodiversidad y un destino privilegiado para los amantes de la naturaleza y los deportes al aire libre. Sus senderos serpenteantes atraviesan bosques densos, conectan valles y picos, y permiten observar una rica fauna salvaje que incluye desde aves de montaña hasta corzos y zorros.
Los senderistas pueden elegir entre numerosas rutas que parten de los alrededores de Burg, cada una de ellas ofreciendo un contacto cercano con la naturaleza y el patrimonio rural. Entre las rutas más populares se encuentra la que lleva a la sierra de Boumort, famosa por su población de ciervos. Durante el otoño, esta reserva es uno de los mejores lugares para presenciar la berrea del ciervo, un espectáculo natural en el que los machos emiten potentes bramidos para atraer a las hembras.
Cómo llegar
Desde el pueblo parten rutas que parten hacia picos como el Montsent de Pallars o el Mont-roig, que ofrecen vistas impresionantes de la cordillera pirenaica. Y en invierno, uno puede acercarse a las cercanas estaciones de Port Ainé y Espot.
Para llegar a Burg desde Barcelona se tarde tres horas. Se va por la C-16 hasta La Seu d’Urgell, y allí continuar por la carretera N-260 en dirección a Sort. Desde allí, se recomienda tomar la carretera L-504, que pasa por los alrededores de Farrera y conecta con pequeñas vías locales hasta llegar a Burg.