Ni Tarragona ni Barcelona: el último descubrimiento del Imperio Romano está en una montaña al norte de Cataluña
- Una investigación arqueológica pone fecha a unas minas de oro del Pirineo catalán
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Cataluña es un país tan rico en historia que son muchas las obras que se han tenido que paralizar al encontrarse restos de alguna antigua civilización que habitaba estos lares. Un ejemplo típico es el del mercado del Born de Barcelona o las ruinas romanas aparecidas en un parking de Tarragona.
Estos detalles solo muestran que desde hace milenios, este rincón del planeta al que ahora se le llama Cataluña tiene un pasado muy lejano. Incluso en los Pirineos, cuya leyenda dice ser fruto de la furia de los dioses griegos. Según esta civilización allí residía la ninfa Pyrene quien, enamorada de Hércules, rechazó a Gerión y éste, lleno de celos, quemó todas las montañas para acabar con ella.
Dos pendientes de oro
Más allá de eso, hace unos años, en esta zona, concretamente en la Cerdanya, se hallaron dos pendientes de oro. Fue en los yacimientos de Castellot de Bolvir y el Tossal de Baltarga. Todo apuntaba a que se trataba de unas joyas muy antiguas y un grupo de investigadores le pusieron fecha.
Estos pendientes son de los años 230 y el 150 a.C. El pendiente de Bolvir, encontrado en un contexto doméstico, presenta un oro de gran pureza. Mientras, el de Baltarga, deteriorado por un incendio, fue hallado en una jarra de cerámica y probablemente ocultado durante un periodo de inestabilidad vinculado a la segunda guerra púnica. Aunque no hay menciones literarias sobre la explotación de oro en la zona, estos hicieron saltar las alarmas a los arqueólogos. ¿Era la Cerdanya una zona donde había oro?
Unas minas en la Cerdanya
Un proyecto de investigación dirigido por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), junto a los análisis realizados en la Universidad de La Coruña han dado con la clave. Tras quince años de excavaciones en las Guilleteres de All, una zona erosionada en el término municipal de Isòvol (Lleida), los científicos han confirmado que sí. En esa zona había unas minas de oro que sin de origen romano.
Las minas de All fueron explotadas entre el siglo III a.C. y principios del siglo V d.C., coincidiendo con un periodo de gran esplendor del Imperio Romano y la relevancia de Llívia como capital en el Pirineo. Al menos así lo apunta el estudio que ha contado con el apoyo del Departamento de Cultura de la Generalitat y el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, y que ha sido liderado por investigadores de la UAB, quienes ya habían trabajado en otros yacimientos arqueológicos de la zona, como Bolvir, Llívia, Bellver y Fontanals.
Cómo fue la datación
La datación arqueológica ha sido posible gracias el uso de la técnica de análisis de luminescencia aplicada a los sedimentos. Este método permite identificar el momento en que los minerales, como el cuarzo, quedaron ocultos del sol, lo que conserva una energía diferente a cuando están expuestos a la luz solar.
De esta forma, los científicos han podido determinar el momento en que los sedimentos de las minas fueron extraídos y enterrados. Aunque esta técnica ya se había utilizado para materiales como cerámica o mortero, esta es la primera vez que se aplica en el estudio de sedimentos en minas.
El arqueólogo Oriol Olesti, director de las excavaciones y experto en la historia de la Cerdanya, ha destacado en el diario Regio 7 la importancia de este descubrimiento. “Hemos demostrado que se trata de minería romana. Hasta ahora, teníamos pistas sólidas por la morfología, los materiales y los sedimentos, pero lo que necesitábamos era una datación arqueológica precisa, y ahora la tenemos”, afirma. Este descubrimiento es de gran relevancia, ya que son las primeras y únicas minas de oro aluvial documentadas en todo el Pirineo y Cataluña.
El hallazgo también abre nuevas oportunidades para la investigación arqueológica en la zona. Olesti apunta que, tras esta confirmación, se espera continuar con futuras campañas de excavación en All, con el objetivo de encontrar más evidencias de asentamientos o estructuras asociadas a la explotación minera romana.
La importancia del oro
Los resultados de los análisis realizados en dos muestras señalan que la primera muestra data entre finales del siglo I d.C. y principios del siglo V d.C., mientras que la segunda se sitúa entre la segunda mitad del siglo III a.C. y el primer cuarto del siglo IV d.C.
Este descubrimiento no solo pone de relieve la riqueza histórica del Pirineo catalán, sino que también refuerza la importancia del oro en la época romana, abriendo nuevas vías de investigación sobre la explotación de recursos naturales en la región.