Fotomontaje del chef José Andrés y un plato típico catalán
Este es el plato típico que debes probar en Cataluña, según el chef José Andrés: una fusión de ingredientes única que conquista el paladar
Esta joya culinaria, aunque puede sorprender de primeras, representa una singular explosión de sabores y un contraste que potencia cada bocado
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La gastronomía catalana es un universo lleno de contrastes, donde cada plato refleja la unión entre tradición, cultura y creatividad.
Desde la frescura del Mediterráneo hasta la riqueza de los valles y montañas del interior, Cataluña ofrece una cocina que sorprende por su diversidad y autenticidad.
Por ello, no es casualidad que algunos de los mejores chefs del mundo hayan nacido o trabajado en esta tierra, inspirándose en sus recetas ancestrales para llevarlas a nuevas alturas.
Así, el chef José Andrés, reconocido internacionalmente por su capacidad de transmitir historias a través de la comida, ha puesto el foco en una serie de preparaciones que representan la esencia del mar y montaña catalanes.
En su selección, destaca un plato muy catalán que puede parecer inusual a primera vista, pero que esconde una armonía perfecta de sabores y una herencia cultural única.
La cocina catalana: un crisol de paisaje y sabor
Y es que la gastronomía de Cataluña guarda tesoros que combinan lo mejor del mar y la montaña, y uno de esos tesoros ha sido especialmente destacado por el propio chef.
A través de su newsletter "Longer Tables", José Andrés rescata esta fórmula culinaria como una experiencia que todo amante de la buena mesa debería vivir al menos una vez en la vida.
Porque Cataluña es una región donde estas dos parcelas confluyen naturalmente en cada plato. Por ello, no es de extrañar que un elemento muy propio de esta gatronomía sea la de combinar ingredientes de ambos mundos para llevar a cabo una misma elaboración.
Y no es casualidad: durante décadas, estos platos nacieron de la necesidad y del ingenio de fusionar lo que la tierra y el mar ofrecían, generando creaciones tan prácticas como memorables.
Además, esta unión no solo es patrimonio local, sino una forma de identidad culinaria: ese nexo entre el interior y la costa de Cataluña a través de sus ingresientes forma parte de una una gran tradición en la cocina típica catalana.
Por su parte, José Andrés insiste en que, aunque parecida al "surf and turf" estadounidense (con la mezcla de vacuno con langosta), la versión catalana tiene una profundidad cultural y gastronómica única.
Un plato que sobresale
Este plato condensa en cada bocado la historia y la tradición de la gastronomía catalana. En concreto, se trata de una singular creación que mezcla carne y mar con una elegancia sorprendente.
Una receta que, aunque pueda parecer poco ortodoxa sobre el papel, ofrece una armonía de sabores que habla de audacia, tradición y sentido de pertenencia.
El plato en cuestión es "conill amb escamarlans": una combinación de conejo con cigalas. Puede sonar, en primera instancia, como una extraña mezcla; sin embargo, el resultado es delicioso.
Conill amb escamarlans El forner de Alella
Qué hace tan especial esta creación
Por una parte, de esta receta destaca el contraste y equilibrio que presenta. La textura firme y jugosa del conejo se complementa con la delicadeza y dulzura marina de las cigalas. Esta dualidad, lejos de desentonar, se potencia mutuamente en cada bocado.
Asimismo, guarda una notable riqueza cultural. Con esa mezcla de ingredientes que provienen de ecosistemas muy distintos —el interior rural y la costa— se da vida a una receta que personifica la diversidad catalana.
Esta receta también responde a la creatividad culinaria, de una forma más comedida. Pues no se trata de una elaboración excesivamente vanguardista, sino de una reinterpretación inteligente de la tradición, sin perder autenticidad.
Y por último, por ese sello de calidad que le concede la validación de un chef de la altura de José Andrés, al destacarlo como una receta que no deberías perderte y garantizando una apuesta segura.
Ingredientes y preparación
Ingredientes (para 4 personas)
- 1 conejo, cortado en trozos pequeños
- 10 cigalas
- 1 cebolla grande
- 1 cucharada de tomate frito
- 1 cucharada de miel
- 500 ml de fumet natural de marisco y pescado de roca (Aneto)
- 1 diente de ajo
- 12 almendras
- 1 rebanada pequeña de pan tostado
- Perejil, pimienta negra, sal al gusto
- Aceite de oliva virgen extra
Elaboración paso a paso
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En una cazuela amplia con aceite caliente, fríe las cigalas aproximadamente medio minuto por cada lado. Sala, pimienta y retíralas para reservar.
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En el mismo aceite, dora los trozos de conejo por todos sus lados durante unos 3–4 minutos. Salpimienta y reserva junto a las cigalas.
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Añade la cebolla picada a la cazuela y sofríela durante aproximadamente 5 minutos hasta que esté tierna.
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Añade el tomate frito y la miel, mezcla bien. Vierte el fumet y reincorpora el conejo reservado. Baja el fuego, tapa parcialmente la cazuela (deja que respire) y cocina durante aproximadamente 1 hora. Ajusta de sal y pimienta si fuese necesario.
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Mientras tanto, en un mortero pica el ajo pelado, las almendras, el pan tostado y el perejil hasta obtener una pasta homogénea – esta es la tradicional picada.
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Incorpora la picada a la cazuela y remueve bien. Añade entonces las cigalas reservadas y cocina por unos cinco minutos más para que se integren los sabores.
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Consejo práctico: si planeas preparar el plato con antelación o para consumir al día siguiente, lo ideal es no añadir las cigalas durante la cocción inicial. Calienta el guiso al día siguiente y añade las cigalas justo en el último momento para evitar que se resequen.