Mujer bebe una copa de una bebida espirituosa Agencia EFE
Ni sangría ni vino: estas son las bebidas espirituosas catalanas que debes conocer
Estas bebidas tradicionales de la región catalana suponen todo un símbolo de la tradición y la cultura propias de este territorio, incondicionales por su sabor y por ser un reflejo de identidad
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En cada región del mundo existen destilados que son mucho más que simples bebidas, pasan a ser símbolos de historia, tradición y cultura popular. Y Cataluña no es la excepción.
Más allá de los combinados internacionales que todos conocemos, en este rincón mediterráneo se esconden auténticos tesoros líquidos, creados a partir de recetas ancestrales transmitidas de generación en generación.
Estos espirituosos reflejan la riqueza del territorio, sus paisajes, sus fiestas y hasta su espiritualidad, convirtiéndose en un elemento indispensable para entender la identidad catalana.
La identidad del país en forma líquida
En la cultura culinaria catalana, las bebidas espirituosas comparten protagonismo con platos emblemáticos y recetas caseras.
Muy al contrario de combinados populares como el roncola (ron con cola) o el gintonic, hay cinco destilados profundamente arraigados en la tradición catalana que reflejan perfectamente la identidad y el patrimonio del país.
Ratafía
Sin duda, la ratafía reina entre los licores tradicionales catalanes. Según la Cofradía de la Ratafía, esta bebida se elabora mediante la maceración de ingredientes autóctonos —como frutos, hierbas, raíces, pepitas y especias— en aguardiente.
Hay tantas versiones como maestros licoreros, con recetas que van de una sola esencia hasta mezclas de más de 100 elementos.
Un ejemplo destacado es la destilería Portet, ubicada en la Pobla de Segur. El año pasado sus creaciones fueron reconocidas en el prestigioso concurso Spirits Selection del Concurso Mundial de Bruselas: la Ratafía dels Raiers “Reserva de l’Avi Joan” obtuvo una medalla de oro, y la Ratafía Portet 1883 33 Llunes ganó la de plata.
Cassís
El cassís, un licor elaborado a base de grosella, es una delicia que ha conquistado el paladar catalán. Aunque comparte raíces con destilados típicos del Pirineo y regiones francesas, el cassís se ha hecho un hueco en nuestra identidad gastronómica. Su sabor es dulce, su textura cremosa, y es ideal para celebrar momentos con un toque festivo.
Licor de arroz
Originario de la región del Ebre, el licor de arroz destaca por su característico color blanco y su aroma dulce.
Es una bebida digna del sur de Cataluña, que se disfruta bien fría, en chupito o con hielo. Su sencillez y frescura lo hacen perfecto como broche ligero después de una comida abundante.
Ron quemado
Desde el corazón costero de la región emerge el ron quemado. Aunque no es fácil de encontrar en bares habituales, su presencia es esencial en festividades populares, especialmente en las tradicionales havaneres que se celebran en pueblos de la Costa Brava.
Este destilado, con su profundo toque caribeño reinterpretado al estilo local, simboliza la unión entre mar y cultura.
Aromas de Montserrat
Finalmente, los Aromas de Montserrat representan la fusión de tradición religiosa y riqueza botánica. Se cuenta que los monjes del monasterio crearon este licor con hierbas recogidas en la montaña.
Su sabor potente y masivo alcance por toda Cataluña lo convierten en un elixir de identidad centenaria, que evoca la historia y la espiritualidad del entorno montañoso.
Por qué estos licores son el alma de la cultura catalana
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Origen local. Todos estos espirituosos surgen de paisajes y saberes profundamente catalanes: desde el Pirineo, el Ebre, la Costa Brava, hasta Montserrat. Son reflejo del territorio y su riqueza natural.
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Herencia viva. Más allá de recetas familiares y métodos artesanales, se trata de una tradición transmitida de generación en generación. Licores como la ratafía o los Aromas de Montserrat guardan historias, festividades populares y recuerdos compartidos.
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Diferenciación cultural. Mientras el roncola y el gin-tonic proceden de modas globales, estas cinco bebidas mantienen autenticidad y carácter propio, esenciales para comprender la idiosincrasia catalana.
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Celebración con moderación. Aunque se recomienda un consumo responsable —ya que estos destilados son más fuertes que el vino o la cerveza—, su disfrute moderado ofrece un toque festivo genuinamente catalán.
Sugerencias para degustar estos espirituosos
Asimismo, a la hora de probar estas sabrosas bebidas propias del territorio catalán, se pueden seguir algunas recomendaciones para explotar al máximo la experiencia gustativa según cada bebida:
- Ratafía: ideal acompañando postres con chocolate o frutos secos. Su complejidad aromática va de la mano con sabores intensos.
- Cassís: perfecto para cocktails frutales o como topping sobre helado; su suavidad contrasta el dulzor con elegancia.
- Licor de arroz: refrescante y delicado, agradable solo con hielo después de un plato de marisco o arroces.
- Ron quemado: perfecto para noches de fiesta al aire libre, especialmente durante vermuts o eventos marítimos.
- Aromas de Montserrat: mejor solo, tras una comida, para cerrar con fuerza y espiritualidad.
Cataluña no solo se define por su cocina y paisajes, sino también por el espíritu que envuelve su gastronomía líquida.
Las cinco bebidas mencionadas —ratafía, cassís, licor de arroz, ron quemado y Aromas de Montserrat— son mucho más que digestivos. Representan historias destiladas, reflejos de identidad y tradiciones que merece la pena descubrir con moderación y orgullo.