El expresidente de la Generalitat, Pere Aragonès

El expresidente de la Generalitat, Pere Aragonès Quique Garcia Europa Press

Examen a los protagonistas

Pere Aragonès

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Sorprende que sorprenda que un expresidente de la Generalitat con toda una vida laboral por delante renuncie al sueldo vitalicio --y a otros tantos privilegios-- que, por ley, le tocan. Y sorprende porque pasa poco.

Pere Aragonès se centrará en "nuevos retos personales y académicos", y matiza que no dejará ERC, un partido en el que nunca ha sido capaz de tener un liderazgo fuerte más allá de las responsabilidades que las inhabilitaciones de uno y otro le llevaron en su día a ocupar. Primero como vicepresidente de Quim Torra y luego en solitario, al frente de uno de los ejecutivos más deficientes que se recuerdan.

Su destino inmediato será la empresa familiar, la cadena hotelera que fundó su padre y que ahora cuenta con más de 800 trabajadores y hasta ocho establecimientos tanto en su Maresme natal como en las costas Brava y Daurada. Asimismo, ha empezado un doctorado sobre política industrial europea e impartirá clases de Historia Económica en la Universitat de Vic.

Asegura tener "energía para ello" tras liderar un Govern que no dejó buen sabor de boca ni siquiera a los suyos y constatar que el Parlament, curiosamente en un pleno marcado por las reticencias de la izquierda al macrocomplejo turístico del Hard Rock, le empujaba a unas elecciones en las que el batacazo de ERC, con el expresident como candidato, fue memorable.