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El presidente de Indra acostumbra a explicar que las inversiones en el sector de Defensa son muy elevadas y que, en este contexto, se hace imprescindible la colaboración entre compañías e, incluso, entre estados para llevarlas a cabo. El tándem que forman Marc Murtra y su consejero delegado, José Vicente de los Mozos, ha defendido que la estrategia que han diseñado para el futuro de una de las compañías más estratégicas para España debe construirse en torno a un espíritu integrador, en lugar de uno dominante.
Sin embargo, estos buenos propósitos no están exentos de dificultades. La colaboración exige coordinación y buen gobierno entre los componentes de los consorcios. Y en un área tan sumamente particular como esta, el objetivo es frecuentemente muy complicado.
Por todo ello resulta loable el paso al frente dado por Indra para tomar las riendas del consorcio Tess Defence, encargado de la construcción de cerca de 350 vehículos de combate de última generación para el Ejército de Tierra, y acabar así con los problemas que estaban generando retrasos y tensiones crecientes con el contratista.
Con la asunción de una participación mayoritaria, que se reflejará en el consejo de administración del consorcio, Indra afronta de cara un problema que tenía todas las papeletas para terminar enquistándose y generar dificultades también entre sus componentes.
Si se tiene en cuenta que dos de ellos, Escribano y SAPA, son también accionistas de Indra, la eventual situación sería aún más delicada. Escenarios como este exigen decisiones firmes y valientes. Como la que ha tomado Murtra, al frente de Indra.