La huida de Barcelona de la Copa América se ha cobrado su primera víctima: Ignasi Armengol. El CEO de la Fundación Barcelona Capital Náutica se marcha y admite que tiene otra oferta laboral sobre la mesa.
Es de alabar su empeño por ejercer de pegamento entre el sector público y privado. Traer la Copa América a Barcelona derivó de un inaudito acuerdo entre empresarios y políticos catalanes. Armengol fue pieza clave en ese hito, y hay que reconocerle el mérito.
Además, se marcha de forma elegante y sin grandes estridencias. Ha cumplido su deber y, una vez terminada la competición, se aparta de la primera línea que ha ocupado estos meses.
Sin embargo, hay voces que le reprochan la "escasa participación ciudadana" en la carrera de regatas, que se achaca a "un trabajo de sensibilización tardío y escaso".
Sea como fuere, la Copa América se aleja de Barcelona y Armengol se aleja de la Copa América. Fue bonito mientras duró y, ahora, la vida sigue su curso.