Fernando Grande-Marlaska
Carles Puigdemont ha vuelto a fugarse de la justicia, por segunda vez, ahora ante las narices de un gran operativo de Mossos d'Esquadra cuyo jefe, Eduard Sallent, dice sentirse engañado por el prófugo. Ahora bien, ni un reproche a la Policía Nacional y a la Guardia Civil. Por el contrario, desde el Gobierno no dudaron en señalar a la policía catalana de la nueva huida de Puigdemont.
Sin embargo, la versión del Ministerio de Interior ha llegado casi una semana después, y ha sido a petición del juez instructor de la causa del procés, Pablo Llarena. El departamento liderado por Fernando Grande-Marlaska asume que el expresidente se les escapó a ellos también, pues ni Policía ni Guardia Civil lo detectaron en la frontera, que estaba vigilada "desde los días previos al 8 de agosto".
Además, asegura que desde Cataluña se rechazó la participación de estos dos cuerpos en el operativo de detención, pues los Mossos tienen "competencia y capacidades en materia de seguridad ciudadana, policía judicial y de investigación criminal y policía administrativa".
Nada de ello fue suficiente, tampoco el operativo especial organizado por el Ministerio de Interior cuando se conoció la fuga. Pero mientras desde Mossos deslizan que la amnistía debe prevalecer, desde el Gobierno afirman que la detención de Puigdemont es y será una prioridad.