Josep Oliu
Noticias relacionadas
- El Banco Sabadell gana un 40% más y eleva un 21% los dividendos previstos en dos años en plena OPA del BBVA
- Banco Sabadell comunica sus semestrales en máximos desde que el BBVA lanzó su segunda ofensiva contra la entidad
- Oliu exige a BBVA que detalle los impactos de la fusión con el Sabadell, sobre todo en pymes
- BBVA trata ahora de seducir a las pymes de Banco Sabadell tras la OPA hostil
Si un banco ha sabido aprovechar el viento de cola del que se ha beneficiado el sector financiero en los últimos dos años, ese ha sido el Sabadell. Sólo cabe recordar que a comienzos de 2021 su rentabilidad era próxima a cero y acaba de cerrar el primer semestre de 2024 por encima del 13%. Y que los beneficios de dos millones de euros que registró en 2020 no admiten comparación con los más de 1.300 millones obtenidos en 2023.
Los resultados de los seis primeros meses del año que acaba de presentar la entidad explican tanto el interés de BBVA por hacerse con el control de Banco Sabadell como el rechazo de la propuesta amistosa de fusión por parte del consejo de este al entender que la mejor manera de seguir adelante es en solitario. Como hasta ahora. Como en esos citados últimos años.
Quizá sea lo único que supere la sensación de sentirse deseado: poder permitirse el lujo de rechazar la oferta con la seguridad de que las cosas marcharán mejor en solitario. Para llegar a este punto, la entidad que preside Josep Oliu y el equipo formado por su consejero delegado desde 2021, César González-Bueno, han trabajado muy duro y han tenido el acierto de hacer hincapié en sus principales fortalezas, especialmente la banca de empresas, con el foco en las pymes.
Y también en los autónomos. Para estos colectivos ha puesto en marcha en los últimos tiempos productos especializados, que no han tardado en ser replicados por la competencia, lo que otorga al Sabadell el privilegio reservado a aquellos que dan primero: el dar dos veces.
Algo más que útil en tiempos convulsos como los que vive la entidad desde que BBVA iniciara su segundo intento de abordaje, tras el frustrado de 2020. Con independencia de cómo finalice la historia, a los clientes y accionistas del Sabadell nadie podrá arrebatarles ni comprarles la sensación de que están en buenas manos.