Eduard Sallent
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Representantes de los Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional, expertos en la lucha contra el crimen organizado, se han desplazado hasta Marsella, en el sur de Francia, para abordar junto con las autoridades galas la llegada de violentos clanes de la mafia marsellesa a Cataluña. Un encuentro que tendrá lugar entre el 11 y el 13 de marzo y que se enmarca dentro la agenda habitual de los cuerpos policiales. Sin embargo, la reunión de este año viene claramente precedida por las últimas vendettas protagonizadas por estos clanes en territorio catalán.
Ciertamente, es un acierto que los tres cuerpos policiales quieran analizar la llegada de miembros de estos grupos criminales a Cataluña, especialmente después de que el comisario de la División de Investigación Criminal de los Mossos d'Esquadra, Ramón Chacón, haya reconocido que "los clanes de Marsella se han dividido y vienen a Cataluña a ejecutar sus ajustes de cuentas".
Un problema de seguridad pública que nos afecta a todos. En especial, porque estos clanes no tienen reparos en disparar en plena vía pública para acabar con la vida de sus rivales. Muestra de ello es la ejecución que se cometió el pasado 3 de mayo de 2023 en Salou (Tarragona), cuando tres miembros de la DZ Mafia marsellesa abrieron fuego contra dos jóvenes de un clan rival, los Yoda.
Con esta reunión se prevé atajar la llegada de estos narcos, que huyen de Marsella debido a la presión policial y a la guerra abierta entre clanes por el control territorial de la venta de droga. Un mayor seguimiento sobre los movimientos de estas organizaciones evitaría que muchos de ellos decidieran instalarse en municipios como Salou (Tarragona) o Lloret (Girona) para refugiarse de las pugnas entre rivales. Ciudades donde, recientemente, la Policía Nacional ha cazado a peligrosos fugitivos marselleses.
Por lo tanto, se trata de un encuentro más que necesario, dados los últimos acontecimientos, pero los cuerpos policiales no deben bajar la guardia por el bien de la seguridad pública.