Carlota Pi
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La frivolidad con que Holaluz, la comercializadora dirigida por Carlota Pi, ha comunicado el despido de más del 25% de su plantilla no tiene un pase. Aunque las dificultades que atraviesa el sector energético justifiquen este recorte, no se puede abordar un proceso de estas características con semejante falta de sensibilidad.
Detrás del ERE anunciado por la compañía hay 200 personas con nombres y apellidos que perderán sus puestos de trabajo. Camuflar esta realidad con una prosa pedregosa no hace justicia a una empresa que se precia de defender un autodenominado capitalismo consciente.