El aterrizaje de Hansi Flick y un staff repleto de virtuosos en el FC Barcelona ha sentado como agua de mayo al barcelonismo. Con permiso de Dani Olmo, el mejor fichaje del director deportivo Deco y el presidente Joan Laporta está en el banquillo. El técnico alemán ha exprimido hasta la última gota de sudor de los futbolistas del primer equipo, sin importar la escasez de refuerzos.
El impulso a las estrellas mejoradas del primer equipo se ha materializado en una nueva idea de juego. El exentrenador del Bayern de Múnich no es el pionero de una trampa del fuera de juego que ya practicaban la selección belga subcampeona de la Eurocopa de 1980 y el AC Milan de Arrigo Sacchi. Aun así, siguiendo los pasos del referente italiano, Flick ha implementado a la perfección un método defensivo revolucionario que explota las ventajas del VAR.
83 fueras de juego
El fuera de juego semiautomático ha llegado para hacer justicia y quedarse. Una vez más, el Barça se sitúa en el lado bueno de la historia y sale favorecido por el fuera de juego semiautomático, introducido esta temporada 2024-25 en Primera División.
Ninguno equipo de las cinco grandes ligas europeas provoca tantas situaciones de offside (83) como los pupilos de Hansi Flick en competición doméstica. Los árbitros han anulado 13 goles encajados por el Barça en posición antirreglamentaria, siete de estos revisados desde la sala de videoarbitraje. El RCD Espanyol ha vivido esta impotencia en sus carnes dos veces en el derbi catalán.
Cubarsí, mente privilegiada
Uno de los mayores exponentes de dicha práctica es Pau Cubarsí, el alumno aventajado de Hansi Flick que ya amaestró Xavi Hernández. Un paso adelante premeditado del central d'Estanyol en el clásico evitó que el gol abrelatas de Kylian Mbappé subiera al marcador.
La joya de apenas 17 años ha salido airosa de su enésima exhibición coral junto a Iñigo Martínez, Héctor Fort y Alejandro Balde. Jules Koundé ha entrado desde el banquillo por segunda vez este curso. Cuba ha defendido su modus operandi tras doblegar al Espanyol.
"Intentamos jugar siempre con la línea muy alta para dejar al rival en fuera de juego. Es arriesgado pero lo tenemos que hacer. Cuando lo revisan en el VAR normalmente ya sabemos que es fuera de juego, pero algunas han sido justas", ha admitido Cubarsí en zona mixta.
Paralelismos pasados
Una astucia semejante empleaba el Milan de Arrigo Sacchi, un genio que sacó provecho del fuera de juego posicional y la cesión al portero entre los años 80 y 90. El antiguo offside posicional, abolido por la International Board en 1991, implicaba que cualquier futbolista por delante de la línea defensiva incurría en fuera de juego. Incluidos aquellos futbolistas que no intervinieran en la jugada.
En 25 metros, el estratega rossonero consiguió juntar a los once jugadores de campo en un bloque alto que vuelve a proliferar en la actualidad. Al grito de "Milan", la zaga de cuatro defensores que gobernaba el legendario central Franco Baresi saltaba al unísono a por el delantero poseedor del balón.
Equipo hegemónico
Aquella táctica personificada en mitos como Baresi, Paolo Maldini, Alessandro Costacurta y Mauro Tassotti se tradujo en una dinastía milanista de cuatro años. En la temporada 87-88, Sacchi conquistó la Serie A y la Supercopa Italiana. En las dos siguientes campañas, levantó dos Copas de Europa.
La primera de ellas, en el Camp Nou. En el caso del Barça, la tecnología del VAR es la aliada azulgrana. No habrá cambios de reglamento a corto plazo, por lo que la camada dirigida por Flick tiene vía libre para explotar todas sus virtudes tácticas.
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