El derribo del Camp Nou avanza a paso firme y doloroso. Las imágenes, muy impactantes, siguen removiendo el estómago a cientos de barcelonistas que pasan por los aledaños del estadio y asisten con estupor a la demolición de la tercera grada. Unas imágenes captadas por Culemanía muestran como dos grúas hacen añicos la estructura que hace apenas dos meses era capaz de albergar a más de 90.000 personas.
El mes de julio ha servido para que avancen a gran velocidad las tareas de destrucción. Para ello, llegaron desde Kuwait seis de las grúas más grandes del mundo, que servirán no solo para la fase de derribo sino, especialmente, para aspectos claves de la reconstrucción del feudo azulgrana.
Paralelamente, ya se han empezado a llevar a cabo tareas de construcción en la zona del subsuelo, las denominadas obras bajo rasante. Actualmente el club solamente tiene concedidas esas dos licencias: demolición y obras sota rasante.
Pendientes de la licencia principal
Los técnicos del Ayuntamiento de Barcelona siguen analizando la documentación del club, con todos los cambios técnicos del proyecto de Laporta sobre el de Bartomeu, para poder aprobar la licencia mayor de obras sobre rasante en agosto. Por el momento, tan solo ha llegado una autorización de 13.000 euros destinados a los estudios técnicos sobre la movilidad de los entornos del Camp Nou.
A falta de esa licencia definitiva de obras, avanzan los trabajos de demolición. Y, concretamente, se está derruyendo la tercera grada que mandó construir José Luis Núñez en los años 80. Aquella obra se terminó, precisamente, para el Mundial de España de 1982, y convirtió al Camp Nou en el estadio con más capacidad del mundo, con más de 100.000 plazas. Con los años, la capacidad se redujo a 98.000 personas.
Más capacidad
Las nuevas obras que lidera la junta de Laporta pretenden aumentar de nuevo la capacidad. Este es uno de los aspectos que no han modificado sobre el proyecto de Bartomeu: alcanzar las 105.000 localidades. Una fórmula que ya pensó Núñez en su mundo y que consiste en hacer todavía más caja en los partidos más demandados, en que los precios también se disparan.
Las nuevas vías de ingresos serán un elemento clave para garantizar la viabilidad del nuevo estadio, cuyo coste cifrado es de 960 millones de euros. El club ha establecido una triple garantía con la constructora turca Limak para asegurar que los números no se disparan. Igualmente, el proyecto completo del Espai Barça asciende a unos 1.500 millones.
Inversión y financiación
El Barça firmó un crédito con distintos inversores liderados por Goldman Sachs por un importe de 1.450 millones de euros. La parte sobrante de esa financiación irá destinada tanto a posibles contratiempos de las obras actuales como a la construcción de un nuevo Palau Blaugrana que, probablemente, costará menos de los 400 millones presupuestados en su momento.
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