En el FC Barcelona están convencidos de su apuesta por Limak Construction. Los miembros de la cúpula no titubean cuando se les pregunta si realmente era la mejor opción para llevar a cabo la obra más importante en los 124 años de historia del club. Por mucho que Víctor Font argumente que "no priorizaría el precio y las prisas si quiero construir mi casa para los próximos 100 años", desde el Barça están empeñados en que la de Limak era la mejor oferta, precisamente, por ese motivo: los turcos cobraban menos dinero que el resto --españoles y franceses-- y aseguraban tener la obra terminada a tiempo, para poder albergar el 125 aniversario del club. Sin embargo, y para asegurar ese cumplimiento, el club ha previsto una serie de medidas garantistas.
La denominada triple garantía del Espai Barça se basa en tres elementos clave para tener cubiertas las espaldas con el holding Limak. Para empezar, un aval bancario de 96 millones de euros. En segundo lugar, una retención del 10% sobre cada certificación de obra pagada por el club. Por último, una indemnización de un millón de euros por cada día de retraso sobre la fecha prevista para la finalización de la obra.
El aval es la primera de las garantías que ha tomado el Barça para protegerse. A cambio de ceder la ejecución de las obras del Camp Nou a Limak, lo que supondrá un elevado ingreso para la constructora, el club ha exigido un aval del 10% sobre el precio final pactado para el estadio: 960 millones de euros. Este tipo de garantía ayuda a que la constructora se tome en serio el acuerdo asumido. En caso de incumplimiento, perdería esos 96 millones avalados.
Aval del 10% del coste, 96 millones
El segundo paso de las medidas garantistas que ha impuesto el Barça es la retención del 10% sobre cada certificación de obra. Es decir, se retiene ese porcentaje de cada pago que realiza el club a medida que se van finalizando las distintas fases de la obra.
Limak, la nueva constructora elegida para las reformas del Camp Nou / FCB
Al ser unas obras muy ambiciosas, y que requerirán muchos años de trabajo, la constructora necesita ir cobrando para poder ir sufragando todos los materiales y mano de obra. El Barça se ha basado en la denominada campana de Gauss para ir desembolsando el dinero progresivamente.
Otros 96 millones en certificaciones de obra
En este caso, se trata de una campana de Gauss desplazada hacia la derecha, lo que significa que el grueso de las obras, y por tanto el momento en que el Barça hará el pago más elevado, se producirá más hacia el final. Unos meses después de que la afición regrese al Camp Nou, en noviembre de 2024.
Los tres modelos distintos de la campana de Gauss; la del Barça sería la negativa (izquierda)
Cada vez que el Barça realice uno de esos pagos vinculados a la denominada certificación de obras, el propio club retendrá un 10% del citado pago. A la larga, como el total de pagos desembocarán en un gasto final de 960 millones de euros, el Barça habrá acumulado otros 96 millones como garantía.
Gracias al aval inicial y a las certificaciones de obra, el Barça tendrá 180 millones de euros en garantía cuando haya llegado la fecha prevista para la finalización de las obras. La fecha marcada en rojo es el 24 de septiembre de 2026.
Un milón por cada día de retraso en la entrega
Y es aquí donde alcanzamos la tercera garantía. Si llegado el 24 de septiembre de 2026, Limak todavía no ha terminado las obras, el Barça podrá empezar a ejecutar esa garantía acumulada de 180 millones de euros. Por cada día de retraso se descontará un millón de euros de esa cifra que irá a parar directamente a las arcas del club.
Laporta hace oficial el acuerdo con Limak Holding / FCB
Esto significa que el Barça tendrá un margen de seis meses de retraso cubiertos con las obras. A un millón por día, salen 180 días de cobertura.
En caso de que los turcos se retrasen más de seis meses, el Barça ya no tendrá más garantías que ejecutar y solamente tendrá dos soluciones en caso de querer reclamar: o alcanzan un nuevo acuerdo con Limak o van a los tribunales.