La polenta, estos son los secretos de este popular y tradicional plato italiano
No se trata de un ingrediente, sino de una elaboración con sémola de maíz y agua
5 junio, 2021 02:26Quizá más de uno nunca haya oído hablar de este plato pero si se le pregunta a un italiano, sobre todo si es oriundo del norte del país, le contestará rápidamente. Es la polenta, una receta de lo más sencilla y que, básicamente, es harina de maíz con agua. Un sabor de lo más humilde y apreciado por la gastronomía de Italia, así como en otras zonas balcánicas.
A la plancha, al horno, hervida, frita o como base en la panadería y la repostería. Se trata de una preparación con esa sémola de maíz que se convierte en una masa similar a un puré y que se puede usar para cientos de recetas y con diferentes preparaciones. Platos todos ellos igualmente apetecibles y saludables: la polenta cuenta con una alta cantidad de hidratos de carbono, así como minerales como el hierro, el zinc, el cobre o el fósforo entre otros muchos.
Su origen
De la polenta se ha dicho, hace siglos, que era la "comida de los pobres". Y es que, durante todo ese tiempo fue una preparación básica en la dieta de los campesinos, así como de los vecinos más humildes de esas regiones del norte. Una preparación que venía de la Antigüedad ya que, de hecho, la palabra polenta deriva del latín pollen para referirse a una especie de harina fina o casi polvo.
Sin embargo, con el tiempo la polenta se ha sabido sacudir ese cierto apelativo despectivo y hoy en día es una preparación que triunfa en cualquier casa, con independencia de su nivel económico, y que hasta es usada por chefs en restaurantes con estrella Michelin.
Tipos
Cuando se habla de polenta hay que precisar que no se trata de un alimento o ingrediente, sino de una elaboración o plato. Sin embargo, su consumo se ha extendido y popularizado tanto que hoy en día se puede comprar en cualquier supermercado haciendo que el cliente se confunda y piense que es un ingrediente sin más. Eso ha hecho que, de la originaria de maíz, se haya pasado a todo tipo de variedades.
Por ejemplo, aparte de la polenta amarilla hecha con esa sémola común, uno puede encontrar otra de un tono algo más blanquecino que se hace con un tipo especial de maíz, así como con harina de castaña. E incluso hay polentas más oscuras que salen de la mezcla del maíz originario con trigo sarraceno.
¿Cómo se elabora?
Se trata de una guarnición muy agradecida pues sirve como acompañante de numerosos platos tanto de carne como de pescado, por ejemplo. La polenta es inconfundible gracias a su textura y a su sabor cremoso con ese toque a maíz por lo que además casa muy bien con todo tipo de salsas que se añadan a estos segundos platos. Y lo mejor de todo es que se prepara en un abrir y cerrar de ojos.
Básicamente, lo que hay que hacer es cocer la sémola en agua y para ello las medidas acertadas son aproximadamente 250 gramos de sémola por cada litro de agua. Incluso se puede preparar con leche o bien con caldo de pollo, carne o verduras para darle algo más de sabor. Los pasos son muy sencillos: cuando el agua esté hirviendo es cuando hay que añadir esos granos de cereal, se baja el fuego y se mueve de manera frecuente durante unos 30 o 40 minutos. Tras este paso se deja que se enfríe y bien se puede comer directamente o pasar a una segunda elaboración.
Más elaboraciones
Una vez se tiene la polenta lista, esta se puede preparar al horno o frita, por ejemplo. En este último caso lo que se hace, ya preparada y sin que queme, es cortarla como en trozos (a modo de filetes) y freírse poco a poco para que quede una polenta consistente y con un toque crujiente muy apreciado. El truco está en usar abundante aceite de oliva y añadir esa especie de bastones cuando esté con una temperatura elevada. El toque final para este aperitivo es servirlo con un poco de sal y pimienta por encima.
Esos mismos palitos de polenta también se pueden preparar al horno si uno quiere huir de un exceso de grasa. En este caso este sustituto de las patatas fritas se coloca en una bandeja pintada con un poco de aceite, además de una pizca de ajo, pimienta, hierbas aromáticas y sal y se meten en el horno previamente calentado. Estos bastoncillos saludables se hornean unos 20 minutos (10 por cada lado) hasta que se compruebe que estén bien dorados.