La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen (izq.), y el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, trabajan en el plan de reconstrucción / EP

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen (izq.), y el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, trabajan en el plan de reconstrucción / EP

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Luz verde al plan de 1,5 billones de Bruselas pero sin acordar la financiación

La Comisión Europea se compromete a presentar unos presupuestos que sirvan de base para el programa de reconstrucción antes del 6 de mayo

23 abril, 2020 20:13

El Consejo europeo ha avanzado en el proceso para poner en marcha un programa de reconstrucción de la economía, valorado en 1,5 billones de euros, que puso sobre la mesa la Comisión Europea y que tendrá como eje los Presupuestos comunitarios. No obstante, aún resta un aspecto tan importante como controvertido por dilucidar y que ni mucho menos pudo aclararse en la reunión: cómo va a financiarse.

Por lo pronto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha comprometido a presentar los detalles del plan antes del próximo 6 de mayo, es decir, en apenas dos semanas. El consenso en cuanto a que no hay tiempo que perder sí parece claro.

De nuevo, la lucha norte-sur

Pero no sucede lo mismo con la manera de financiarlo, un aspecto en el que volvieron a aparecer las diferencias entre el norte y el sur, que hace apenas unos días dificultaron al extremo el acuerdo final del Eurogrupo.

Y, como sucedió entonces, Países Bajos se encarga de liderar, con el apoyo sobre todo de Austria y Finlandia, la opción más conservadora, basada en que el fondo de reconstrucción se articule mediante una serie de préstamos, por supuesto, reembolsables. Por ahora, ni siquiera deuda perpetua, una posibilidad que está bien vista por España y Francia.

La presión de la deuda pública

Mientras, Italia, presionada por una prima de riesgo que se acercó peligrosamente a los 270 puntos básicos (aunque se ha moderado de forma notable en las últimas horas) enarbola la bandera de un sistema de transferencias que permita a los países miembros más dañados por el Covid-19 proceder a la reconstrucción sin tener que mirar de reojo a una deuda pública que la crisis ya se encargará de elevar por sí misma a límites estratosféricos, sin necesidad de contribuciones adicionales.

Por ahora, el testigo ha sido recogido por Von der Leyen, que se ha mostrado moderadamente optimista tras la reunión por vía telemática del Consejo, que se prolongó por algo más de cuatro horas. La presidenta de la Comisión ha admitido que quedan detalles por pulir y que tratará de que el documento que presente a comienzos del próximo mes de mayo lime las diferencias existentes en la actualidad.

La advertencia del BCE

Todo apunta a que la propuesta que tenga que debatir el Consejo en su próxjma reunión incluya un sistema con las dos modalidades. No obstante, las previsiones también apuntan a que no será nada sencillo sacarlo adelante.

En los últimos días, los líderes europeos se han mostrado conscientes de que una salida conjunta es la única posibildad que le queda a Europa para poder salir lo antes posible de la crisis del coronavirus. Por si acaso, los lideres de los países miembros se han sentado a debatir en la tarde de este jueves con una advertencia del Banco Central Europeo (BCE) encima de la mesa: si no hay un pacto, el desplome económico de la UE podría irse al 15% en 2020. 

Más liquidez

El organismo que preside Christine Lagarde comienza a preparse para tomar medidas adicionales dado que los mercados comienzan a emitir señales que apuntan a que incluso el programa de compra de deuda de 750.000 millones de euros anunciado hace un mes podría quedarse pequeño. 

El incremento de las primas de riesgo en las útimas horas, en especial de Grecia, Italia y España, encendió las alarmas del emisor, ante la posibilidad de que la actual situación derive en una crisis de deuda como la vivida a partir de 2008. A diferencia de entonces, ahora no parece haber un problema de liquidez pero la que está disponible no debe tardar en ponerse en juego porque, también ha diferencia de la anterior, esta crisis avanza a pasos tan agigantados que lo que hace 30 días parece muy ambicioso, hoy ya se ha quedado corto.