Juan José Brugera (i), Antón Costas (c) y Javier Faus (d) / FOTOMONTAJE DE CG

Juan José Brugera (i), Antón Costas (c) y Javier Faus (d) / FOTOMONTAJE DE CG

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Crisis interna en el Círculo de Economía: antiguos y nuevos dirigentes se tiran los trastos

Javier Faus intenta zanjar el conato de rebelión con el apoyo cerrado de su junta directiva y un pacto de buenas intenciones con el expresidente Antón Costas

10 junio, 2020 00:00

Unas cuentas, un alquiler, una baja laboral, palabras y mensajes intercambiados, acusaciones de personalismo, peticiones para reconsiderar la presidencia, críticas a la inacción pública, actos de contrición y una junta directiva virtual de 90 minutos. En apenas 72 horas, el Círculo de Economía ha vivido una tormenta en un discreto vaso de agua. Una crisis interna o una pseudocrisis, según quien opine. “El camarote de los Hermanos Marx”, a decir de uno de los socios pesimista con el estado de cosas.

Javier Faus, empresario y presidente del Círculo de Economía, intentó este martes pacificar las aguas que descendían turbias y agitadas por las laderas de una de las instituciones con más solera de la sociedad civil catalana. Un desayuno con Antón Costas, quien fue también máximo responsable de la entidad y hoy preside la Fundación Círculo de Economía, a primera hora de la mañana y una precipitada convocatoria de junta directiva virtual que tuvo lugar a las 17 horas pretendían poner los primeros diques a la inundación que se avecinaba.

 

Crisis interna en el Círculo de Economía / CG

¿Evolución o revolución?

¿Qué ha pasado en ese grupo de presión para que la agitación adquiera tintes estrambóticos? A decir de una parte de antiguos dirigentes, Faus lidera un mandato de tres años que quiere transformar la entidad pero que la está convirtiendo en una mala caricatura de lo que fue. Los más críticos con el actual presidente entienden que se pretende una revolución que no entienden o que, aún más sencillo, no da frutos. Las notas de opinión que se emiten de forma periódica se confeccionan de manera distinta, las jornadas anuales se han trasladado de Sitges a Barcelona y la operativa del actual presidente peca de personalismo y tiene en poca consideración el trabajo del staff directivo, según los socios críticos.

El enfado de los viejos miembros de la entidad con ese estado de cosas alcanzó un nivel de deterioro elevado. Crónica Global avanzó en los primeros meses de este año algunos datos que daban cuenta del malestar subyacente. La pandemia congeló el cabreo hasta que una parte de los expresidentes consideraron que ya era el momento de hablar con Faus y pedirle que estudiara la posibilidad de renunciar a la presidencia, según avanzó La Vanguardia. El encargado de trasladarle tal propuesta fue su antecesor en idéntico cargo, Juan José Brugera, presidente de Inmobiliaria Colonial.

Mosqueo en la Fundación

La respuesta del actual responsable no se hizo esperar. Convocó al máximo dirigente de la Fundación Círculo de Economía y también expresidente, Antón Costas. En un desayuno celebrado en la mañana del martes, ambos se mostraron a favor de trabajar para lograr el fin de las hostilidades. Según el equipo de Faus, todo nació de un malentendido. Un miembro de su directiva planteó la posibilidad de revisar el alquiler que abona el Círculo de Economía, como ha sucedido con multitud de empresas que durante el estado de alarma negocian con sus arrendadores la renta mensual. Los locales que ocupan son propiedad de la Fundación y antes de hacer ningún movimiento les solicitaron las cuentas para ver si era posible esa reducción.

La ministra Reyes Maroto, Jaume Collboni y Javier Faus, en el Círculo de Economía / CG

La ministra Reyes Maroto, Jaume Collboni y Javier Faus, en el Círculo de Economía / CG

El encargo lo realizó la directora general, Marta Angerri, quien trasladó a la Fundación la petición. En ese apéndice del Círculo, una especie de hermano mayor al que pertenecen como patronos todos los que fueron presidentes (Antoni Brufau, Salvador Alemany, Enric Corominas, Joan Molins, Artur Suqué, Pedro Fontana, Carles Tusquets, Josep Piqué o los citados Costas y Brugera), se interpretó como una voluntad de fiscalizar las cuentas. “Fue lo que precipitó el desencuentro”, relata un miembro del equipo próximo a Faus.

¿Pacto o compás de espera?

La reunión entre Costas y Faus ha servido para frenar de momento la tormenta. “Tengo un carácter ejecutivo y alguien pudo interpretar lo que no era”, admite Faus. Con Costas se ha pactado una relación más estrecha entre el antiguo y nuevo Círculo, según el actual presidente. Nada, según los críticos. “Ampliaremos el comité editorial [formado ahora por tres personas] con dos representantes de la Fundación”, relata Faus. Con ese gesto se pretende minimizar la falta de consenso que habrían tenido las últimas notas de opinión emitidas por la entidad, que hasta su llegada eran una pequeña obra de orfebrería intelectual al contar con la aquiescencia de todas las sensibilidades políticas presentes en la institución.

El actual presidente admite que quizá ha iniciado su mandato de manera muy rupturista con las liturgias, protocolos y rutinas que la entidad había desarrollado desde su fundación en 1958: “Está muy bien publicar una nota de actualidad, pero siempre he pensado que lo que deseamos de verdad es influir. Eso --añade Faus-- se puede hacer por esa vía o convenciendo a Pere Aragonès y Quim Torra, por ejemplo, de que no actúen de determinada manera. Con las notas de actualidad, la sociedad civil catalana fuimos incapaces de parar el procés”.

Admisión de culpa

Pese a defender su opinión al respecto, el abogado y empresario del sector financiero e inmobiliario admite que su proceder y el de la junta directiva que encabeza puede haber generado malestar por el carácter ejecutivo e innovador que desean aplicar y se muestra dispuesto a conciliar también esos aspectos más vinculados a los ritos históricos de la entidad.

De hecho, esa voluntad de contrición fue expresada por el presidente a la junta directiva durante la hora y media que duró la reunión. En la misma, todos los integrantes cerraron filas alrededor suyo e incluso se sorprendieron por el malestar que su actuación ha suscitado entre antiguos dirigentes del club de opinión. Sin embargo, también coincidieron en la necesidad de que el presidente restablezca los puentes que se han roto con el grupo de “patas negras” de la Fundación. “Somos la misma cosa, no podemos funcionar aislados”, aseguran.

Faus insiste en destacar que la junta directiva que le acompaña es la primera en la historia paritaria entre hombres y mujeres y que algunos de sus integrantes acumulan 15 años formando parte de los órganos de gobierno sin que compartan el enfado del sector crítico.

¿Cómo influir?, el debate

De hecho, el propio presidente ha dedicado alabanzas sobre sus antecesores, a la par que insiste en que el Círculo tiene que ser también interesante para un joven emprendedor de 28 años. Hasta ahora, reconoce, eso jamás se ha producido. “Todos queremos influir en los políticos y en las políticas públicas, pero cada uno tiene su idea de cómo hacerlo más efectivo. No tengo ningún interés personal, esto no va de éxito empresarial, sino de fórmulas de incidencia real. No puede ser igual el Círculo del siglo XX que el del XXI. Y si me he equivocado en alguna cosa, en las opiniones, en la relación con las instituciones, con la Fundación, no tendré el mínimo problema en rectificar”, concluye el presidente al ser preguntado por este medio.

Mientras, la directora general, Marta Angerri, permanece de baja médica a consecuencia de la presión que ha vivido en las últimas semanas y meses en medio de este zafarrancho de combate en el que parece ondear ya alguna bandera blanca. El mismo presidente le habría hecho llegar un mensaje personal con el que le desea su recuperación a la par que la anima a trabajar juntos en una nueva etapa conciliadora.