Los estudiantes adolescentes catalanes son unos zoquetes en ciencia y matemáticas y tienen serios problemas de comprensión lectora. Están a la cola de España en estas materias. Sin embargo, son muy hábiles en el manejo de las pantallas, situándose al nivel de los daneses. Para que luego digan que TikTok no sirve de nada.

No lo digo yo, lo dicen esos informes –convenientemente interpretados– que miden el nivel competencial de los chavales de punta a punta del mundo. Los hay para todos los gustos.

Y todos concluyen que, si no fuera por los inmigrantes y las clases bajas –variables que a menudo se dan la mano–, tal vez el mundo no sería un lugar mejor, pero sí los resultados –que es lo que cuenta en esta sociedad resultadista–.

El último de estos informes es el Estudio Internacional sobre Competencia Digital (ICILS), que mide la habilidad de los adolescentes “para recopilar, gestionar, producir e intercambiar información mediante el uso de ordenadores” como forma de “participar eficazmente en diferentes contextos de la vida: el hogar, el centro educativo, el lugar de trabajo y, en general, la comunidad que les rodea”.

Está bien dominar las tecnologías, pero hay que saber utilizarlas. Han de ser un complemento a la curiosidad, a la vivencia. Porque está de fábula recopilar información, pero después hay que usarla con propiedad.

La tragedia de la DANA en Valencia es buena muestra de ello: con los datos en la mano, se pudo reducir el drama, del mismo modo que, después, se pudo mejorar la logística de la ayuda. Aún hoy es todo bastante caótico.

De igual manera, el uso excesivo de las pantallas aumenta el riesgo de atontamiento: con las máquinas, ya no es necesario usar la cabeza para realizar cálculos; y la inteligencia artificial te hace un buen resumen de un libro. En cierto modo, el buen manejo de la tecnología puede suplir las carencias en mates, ciencias y lectura. Para qué esforzarse.

Aun así, hay un dato positivo de este informe ICILS: los estudiantes españoles son de los que tienen más limitaciones horarias en casa para el uso y manejo de las pantallas, ya sea para realizar tareas escolares o para relacionarse. No está todo perdido.