Imagen aérea del enlace viario entre la autopista AP-7 y la autovía A-2 junto a Barcelona / MITMA

Imagen aérea del enlace viario entre la autopista AP-7 y la autovía A-2 junto a Barcelona / MITMA

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El Gobierno lleva a septiembre el desatasco viario del corazón industrial catalán

El enlace entre la autopista AP-7 y la A-2, reivindicación histórica de empresariado y conductores por las largas colas, en marcha tras el verano

14 abril, 2021 00:00

El Gobierno llevará a septiembre el desatasco viario en el corazón industrial de Cataluña. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana sitúa el estreno del enlace viario de la autopista AP-7 y la autovía A-2 en Castellbisbal (Barcelona), una reivindicación histórica de empresariado por su cercanía a gigantes como Celsa o Seat, tras el verano. 

El departamento de José Luis Ábalos confirma en declaraciones a Crónica Global que su compromiso es finalizar las actuaciones de la conexión "a la vez que se libere el peaje", como apuntó en marzo. Ello sitúa el estreno del viaducto el 1 de septiembre de 2021. Eso sí, desde Transportes se recalca que "se ha avanzado especialmente en la conexión con la AP-7 sentido Tarragona, que está prácticamente acabada". Con ello, "se permitirá eliminar próximamente las restricciones al tráfico de la AP-7 en este punto".

La Delegación dio la obra por casi finalizada

El calendario de finalización del enlace de autopista y autovía, tránsito que hacen unos 40.000 vehículos cada día, es controvertido porque es el segundo que se da en pocos meses. A finales de octubre de 2020, la delegada del Gobierno, Teresa Cunillera, avaló la fecha de final de obra en diciembre del pasado año. "Si se retrasara, sería muy poco", defendió la alto cargo en TV3. Cunillera, no obstante, admitió que "en infraestructuras no me gusta dar fechas porque pueden ocurrir cosas". 

Sí subrayó la también exdiputada en el Congreso que el enlace entre AP-7 y A-2 "parte de la unidad con los alcaldes de la zona, fuimos todos a una y no influyó la política". La delegada quiso poner en valor la "unidad de acción" de Gobierno y munícipes para resolver uno de los puntos negros de la red viaria catalana. 

Accidentes

De hecho, el enlace entre las dos vías es tan nuclear que el RACC lo incluyó en un mapa de ocho puntos que provocan atascos que atrapan diariamente a unos 200.000 conductores en las entradas y salidas de Barcelona [consultar aquí]. Más preocupante si cabe, la conexión solucionaría uno de los problemas que sufre la red viaria autonómica en este punto: la congestión de la carretera comarcal 1413 y la B-225. Las dos vías secundarias soportan un peso excesivo de circulación porque miles de vehículos las utilizan para pasar de la autopista a la autovía y viceversa sin tener que pagar peaje. 

La treta de los conductores, "muy conocida en la zona", según admiten fuentes de los ayuntamientos del lugar, tiene una derivada: la siniestralidad. Los accidentes se han incrementado en dos carreteras no preparadas para soportar tanto tráfico. En noviembre de 2020, por ejemplo, hubo un atropello múltiple de ciclistas que segó dos vidas

El empresariado lleva años pidiéndolo

También importante es la repercusión económica de la obra, que se centra en un viaducto de unos 800 metros de longitud que sorteará las vías de Renfe y del Ave, y de dos carriles añadidos en la AP-7 que ordenarán el tráfico que continúe en esta vía o cambie hacia la autovía. Foment del Treball incluye anualmente la infraestructura en su catálogo de inversiones pendientes de completar [consultar aquí el último]. En 2020, la patronal alertó ya de "diez años de interrupciones y cambios de proyecto". El dosier de la institución empresarial, llamado CAT-100, se actualiza de forma periódica, pero el viaducto de Castellbisbal figura rutinariamente en las tareas pendientes.

Ello es así porque los primeros trabajos de conexión entre la AP-7 y A-2 en esta localidad, uno de los corazones industriales de Cataluña, comenzaron en 2006. La obra se demoró, primero, y se llegó a parar, después. Fue en 2015, cuando los recortes presupuestarios apearon la infraestructura de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Cuando asumió su cargo en 2018, la delegada del Gobierno Teresa Cunillera se comprometió con los alcaldes de la zona a desbloquear el proyecto. Cumplió. Las máquinas reanudaron su trabajo en 2019, y se dio diciembre de 2020 como fecha de finalización. Tras ello, la previsión de corte de cinta pasó a 1 de septiembre de este año. Por ahora.