Celsa vende sus filiales en Reino Unido y Escandinavia tras valorarlas a comienzos de año
- Los fondos accionistas culminan la primera gran operación corporativa del grupo siderúrgico tras tomar su control, con el objetivo de reducir su endeudamiento
- Más información: Celsa intensificará la búsqueda del socio industrial tras aprobar la ampliación
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Primer golpe de efecto de los fondos que tomaron el control de Celsa hace algo más de un año. La compañía ha cerrado la venta de sus filiales en Reino Unido y en los países nórdicos, una operación destinada a reducir la deuda del grupo siderúrgico, que a comienzos del presente año ya había encargado una valoración de sus activos en el exterior.
La operación, anunciada este jueves, se ha cerrado con Sev.en GI, un grupo radicado en República Checa, que cuenta con inversiones en sectores relacionados con la energía y la extracción de recursos naturales y en mercados como Europa, Australia, América del Norte y Asia.
De esta forma, Celsa mantendrá únicamente la filial polaca como activo en el exterior, en el marco de su plan de reorganización, tanto industrial como financiera, uno de cuyos objetivos es la reducción del apalancamiento.
Precisamente a esta meta se destinarán buena parte de los ingresos obtenidos por las desinversiones, que han confirmado los peores augurios de los sindicatos cuando, meses atrás, conocieron que Celsa había encargado una valoración de los activos de la compañía en el exterior.
Por entonces, los representantes de los trabajadores alertaron de las intenciones de los nuevos propietarios del grupo de vender la empresa por partes y de las consecuencias que podría tener para el empleo, tanto en el caso de los centros en el extranjero como de las plantas que posee en siete Comunidades Autónomas españolas.
En un comunicado emitido este jueves, Celsa señala que focalizará su operación en España. El mantenimiento de la actividad, el empleo y los centros de producción en el mercado doméstico forma parte del compromiso adquirido por los accionistas con el Gobierno para que éste diera el visto bueno al cambio de control.
También se incluye en las condiciones la incorporación de un socio industrial de capital español, que tome en torno a un 25% de la compañía siderúrgico. Una operación que se ha acelerado tras la junta de accioinistas que Celsa celebró a finales del pasado octubre, como apunto Crónica Global.