Jordi William Carnes (i.), director general socialista de Turisme de Barcelona (TB), y Albert de Gregorio, gerente de la concejalía de Empleo, Empresa y Turismo / FOTOMONTAJE CG

Jordi William Carnes (i.), director general socialista de Turisme de Barcelona (TB), y Albert de Gregorio, gerente de la concejalía de Empleo, Empresa y Turismo / FOTOMONTAJE CG

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El ayuntamiento pone un 'controller' al jefe de Turisme de Barcelona

Albert de Gregorio, gerente de la concejalía de Empresa, corta las alas al socialista Jordi William Carnes, director general

9 junio, 2017 00:00

El Ayuntamiento de Barcelona ha puesto un controller a Jordi William Carnes, director general socialista de Turisme de Barcelona (TB). Albert de Gregorio, gerente de la concejalía de Empleo, Empresa y Turismo, es la nueva sombra del jefe de la todopoderosa empresa de promoción turística.

La decisión no es inocua. William Carnes dirige un consorcio público-privado que forman el ayuntamiento, la Cámara de Comercio y la Fundación para la Promoción de Barcelona. Su cometido es el de exportar la imagen de la ciudad para atraer más turistas a la urbe.

Por su parte, De Gregorio es un tecnócrata con una larga trayectoria en la diputación y el ayuntamiento. Su último nombramiento se remonta a julio de 2015, cuando fue designado gerente del área del concejal Agustí Colom, uno de los ediles con más experiencia en la gestión de BComú, el partido de Ada Colau.

"Perfectamente representado"

Preguntada por este medio, la portavocía de comunicación de Turisme de Barcelona ha subrayado que el Ayuntamiento, así como la Cámara y la Fundación Barcelona Oberta, están "perfectamente representados en los dos órganos de gobierno de TB".

"El Consejo --ha continuado la misma fuente-- es el ente que asume la más alta representación. El comité ejecutivo es el órgano permanente de gobierno y administración".

"No les gusta un pelo"

Duentes cercanas al ente autónomo han aportado una versión matizada. "Es evidente que al socio mayoritario en el Gobierno de Barcelona, BComú, no le gusta ni un pelo la obra de Carnes en Turisme. Por ello controlan al directivo de cerca", explican las voces consultadas.

El primer gran choque público ocurrió en enero de 2016, cuando el Gobierno de Ada Colau se desmarcó del programa de turismo sanitario de Turisme de Barcelona. Tras este zarpazo el proyecto continuó, aunque ranqueante por el hachazo de fondos.

"Desde entonces, es evidente que el consistorio se ha cuidado de que institución y consorcio siguieran la misma línea. Y lo ha hecho con control externo", agrega el mismo experto.

No públicamente

Fuentes internas de Turisme subrayan que dicha tutela no ocurre en el Consejo General ni en el Comité Ejecutivo de TB. En ambas instancias tiene presencia De Gregorio, el número dos de Colom.

"En los encuentros hablan los de siempre: Joan Gaspart, Jordi Clos y el propio William Carnes, entre otros. Si se produce en la dirección, ocurre de forma mucho más discreta, entre bambalinas", abundan.

Ello explicaría la participación del ente de promoción en todo tipo de foros dedicados al turismo sostenible o la potenciación de las visitas de los diez distritos de la ciudad, una política de desconcentración del centro que favorecen los comunes.

"Cosas por explicar"

El nuevo control municipal del consorcio no disgusta a todo el mundo. Intermediarios del sector vacacional señalan que TB "se ha excedido" y "se ha convertido en agencia de viajes, ticketing y de promoción de toda Cataluña, pisando parte de la labor de la Agència Catalana de Turisme".

"¿Alguien puede explicar por qué Turisme de Barcelona promociona los Pirineos com destino? ¿No hay una agencia autonómica dedicada a ello?", se pregunta la misma fuente, en referencia al ente que comanda Octavi Bono.

El profesional cita otras prerrogativas como las casetas de venta de pases de museos o el propio autobús turístico, que rivaliza con el transporte —este sí libre— que opera Julià Tours.