Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank / CAIXABANK

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Caixabank vuelve a los básicos: prestar más para crecer mejor

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El mercado aguardaba con notable expectación este martes los detalles del plan estratégico de Caixabank; sus principales magnitudes, aquellas merecedoras de estar recogidas en el resumen ejecutivo, dejaron un tanto fríos a los inversores. Lo más probable es que esperaran cifras grandilocuentes en cuanto a retorno del capital a los accionistas, como sucedió hace dos años y medio con la primera hoja de ruta de la entidad tras la fusión con Bankia.

No sólo no apareció esa cifra. Además, el consejero delegado del banco, Gonzalo Gortázar, no tuvo reparos en señalar ante la prensa que la no aparición de tales números es algo completamente intencionado.

"No queremos dar esa cifra, no es lo que buscamos. Con los datos que hemos facilitado, estoy seguro de que los analistas podrán sacar sus conclusiones. Pero esto ahora no es lo más importante", señaló el ejecutivo.

Aquel número tan llamativo de 9.000 millones para los accionistas, incluso revisado después al alza hasta los 12.000 millones, ha sido sustituido por otro que, de entrada, resulta menos sexy: un incremento anual del 4% en el volumen de negocio, en el que la entidad incluye el crédito sano y los recursos de clientes.

Más de una década poco convencional

Después de tanto tiempo con un escenario poco o nada convencional, un periodo que ha durado más de una década y que ha incluido una larga etapa de tipos reales negativos, el mercado parece olvidarse de que el negocio bancario siempre se basó en prestar dinero a cambio de un interés. 

Aquellos tiempos con el precio oficial del dinero en cotas razonables, más cercanos a la evolución de la inflación y sin abruptas revisiones al alza o a la baja parecen haber vuelto. Y Caixabank no ha dudado en diseñar un plan para aprovechar esta circunstancia, antes de que sea demasiado tarde y factores externos, entre ellos los geopolíticos, devuelvan un escenario de esquizofrenia.

Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank, durante la presentación del plan estratégico / CAIXABANK

Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank, durante la presentación del plan estratégico / CAIXABANK

"Ahora sí vemos crecimiento sano, ahora vemos la oportunidad", enfatizó Gortázar para, a continuación, razonar sobre una realidad que hace tiempo hubiera rozado lo histriónico.

"Cuando no éramos capaces de superar el coste del capital y cotizábamos muy por debajo del valor contable, cada euro que entraba en el banco automáticamente valía menos. En cambio, en el bolsillo del accionista mantenía su valor de un euro. ¿Dónde estaba mejor?".

"Rentabilidad sostenible"

En cambio, ahora, "cada euro que entra en Caixabank vale más que si lo colocamos fuera". En síntesis, la consecuencia de que el dinero haya recuperado al menos un cierto valor. El suficiente para que merezca la pena ponerlo a trabajar. 

"Rentabilidad sostenible mientras se invierte en el negocio", señala el encabezado de uno de los epígrafes que resume las líneas maestras del plan. En concreto, el que indica el objetivo de alcanzar una rentabilidad media sobre activos tangibles del 15% durante los tres años del plan. Y culminarlo con un retorno del 16% en 2027.

La meta hace 30 meses era alcanzar un 12%, superada con creces gracias a una recuperación acelerada del negocio que ahora requiere de una consolidación. Crecer a base de invertir en el negocio tradicional, el de siempre. Sin necesidad de reinventarse. Con un entorno macroeconómico estable y tipos de interés razonables razonable, el negocio del crédito vuelve a cobrar sentido.

Del éxito de esta estrategia dependerá la retribución al accionista, que ni mucho menos queda olvidada. Pasa a ser una derivada más del desempeño del banco. En cualquier caso, esos sesudos cálculos de los analistas a los que se refería Gortázar arrojan cifras de entre 10.750 y 11.500 millones de euros para el conjunto del nuevo plan. Guarismos nada desdeñables. 

Realista

Los descensos superiores al 5% acumulados por la acción durante la jornada reflejan un cierto desencanto del mercado. El agravamiento de las tensiones geopolíticas por el incremento de la hostilidad en la guerra en Ucrania tampoco ayudó. "También entra dentro de lo normal que, después de una prolongada trayectoria alcista, los inversores quieran realizar beneficios", esgrimió Gortázar como posible explicación.

Sin duda, prefirió esta versión a las que apuntan a que el plan es demasiado conservador o poco ambicioso. "Es realista", sentenció.