Celsa presenta unos beneficios de 459 millones tras el cambio de propiedad: sale de la uci pero sigue en el hospital

Celsa presenta unos beneficios de 459 millones tras el cambio de propiedad: sale "de la uci" pero "sigue en el hospital" Òscar Gil - CG

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Celsa intensificará la búsqueda del socio industrial tras aprobar la ampliación

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El futuro de Celsa comenzará a definirse tras la ampliación de capital que la compañía aprobará este lunes en junta de accionistas y que también marcará el momento de afrontar definitivamente la búsqueda de un socio industrial que aporte experiencia y conocimiento y permita a los actuales dueños de la siderúrgica satisfacer uno de los compromisos adquiridos con el Gobierno. 

El plazo de en torno a seis meses acordado en su día con Moncloa está más que superado, pero las circunstancias especiales que se han dado en el grupo han hecho oportuno dar algo más de tiempo para abordar esta medida. Además de los trámites referidos a la toma de control por parte de los nuevos propietarios y la confección de la actual dirección de la empresa, la delicada situación financiera de Celsa ha hecho que las prioridades se concentren en esta área hasta alcanzar una cierta estabilidad. 

De ahí que la ampliación por valor de 166 millones de euros suponga una suerte de pistoletazo de salida de la nueva etapa de Celsa, en la que los doce meses anteriores han funcionado a modo de prólogo.

"Hemos salido de la UCI, pero aún seguimos en el hospital", señaló el presidente del grupo, Rafael Villaseca, el pasado mes de abril, cuando presentó a los medios de comunicación los resultados de 2023, junto al consejero delegado y primer ejecutivo, Jordi Cazorla.

Jordi Cazorla, consejero delegado de Celsa / CELSA GROUP

Jordi Cazorla, consejero delegado de Celsa / CELSA GROUP

 

Aún en el centro de salud, la intención de Celsa es intensificar la operación para incorporar un nuevo socio, que tome entre el 20% y el 25% del capital y que aporte la experiencia y los conocimientos necesarios a los propietarios de la compañía, de perfil eminentemente financiero.

En este punto, la estrategia del grupo se ha visto un tanto alterada por la decisión de la vasca Sidenor de estudiar en profundidad adquirir una participación relevante en el fabricante ferroviario Talgo. Incluso, Sidenor no descarta el lanzamiento de una potencial OPA por el 100% de la cotizada, como ha manifestado de manera formal a su consejo de administración. 

Reducidos candidatos

La compañía figuraba en primera línea para ser la elegida como socio de Celsa, dado su encaje estratégico, la destacada presencia de la empresa catalana en Euskadi y la fortaleza de la siderúrgica vasca. 

Por ahora, Sidenor ha dejado de ser una opción y deja el panorama despejado a otras candidatas, aunque el grupo es reducido. Las dificultades radican tanto en el escaso número de empresas de capital español que operan en el sector como en el notable esfuerzo económico que tendrá que llevar a cabo para abordar la transacción.

En su día también trascendió el nombre de Grupo Cristian Lay (CL) como posible candidato. El conglomerado industrial, con presencia en otros sectores como el de la joyería, tomó el control de Gallardo Balboa hace unos cuatro años. Al igual que sucedió con Celsa, la empresa extremeña vio cómo la pandemia agravó una situación financiera que ya era notablemente delicada con anterioridad. 

De hecho, Gallardo Balboa había solicitado el preconcurso de acreedores mientras su antiguo propietario, el fondo KKR, negociaba su venta a otro grupo industrial. 

Una manifestación de la plantilla de Celsa contra los fondos acreedores

Una manifestación de la plantilla de Celsa contra los fondos acreedores EFE

En su día, la gallega Megasa también se interesó por el grupo extremeño, hasta el punto de que llegó a presentar una oferta, que no fue suficiente para batir la de Cristian Lay. Megasa podría perfilarse como candidato para entrar en Celsa, que también tiene centros de producción en Galicia, aunque su tamaño le resta algunas opciones y eleva el riesgo de una posible operación.

Mientras tanto, Celsa también está recibiendo presión por parte de los sindicatos. En sus últimos comunicados acerca de la situación del grupo, los representantes de los trabajadores han insistido a la hora de instar a la dirección de Celsa a que acelera la entrada del socio industrial.

Compromisos de empleo

El temor a que la dirección comience a evaluar una posible venta de activos para dar algo más de aire financiero a Celsa se ha instalado en el ambiente, pese a que la empresa reitera no contar con planes al respecto.

Además de la incorporación de un socio industrial, el compromiso de los propietarios de Celsa con el Gobierno también pasan por el mantenimiento del empleo y de los centros de producción, con lo que cualquier decisión en este sentido también implicaría incumplir lo acordado.