Edificio de la sede de Telefónica en Madrid

Edificio de la sede de Telefónica en Madrid Jesús Hellín - Europa Press

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La saudí STC dispara un 37% su dividendo sin tener despejado el horizonte en Telefónica

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Saudi Telecom (STC), la compañía controlada por uno de los fondos soberanos de Arabia Saudí que aspira a controlar hasta un 9,9% de Telefónica, está dispuesta a tirar la casa por la ventana en cuanto a su política de dividendos, cuando su aterrizaje definitivo en el capital de la operadora española aún está en el aire. El fondo PIF, controlado por el Estado saudí, y el resto de socios minoritarios verán elevada su retribución nada menos que un 37%. 

En los primeros días de noviembre, la teleco de Oriente Medio celebrará una junta de accionistas en la que se aprobará una nueva política de retribución al accionista con vistas a los próximos tres años, y que entrará en vigor con carácter inmediato.

A partir de ahora, STC asegurará a sus socios el pago anual de 2,2 rials (unos 0,55 euros al cambio) por acción, lo que supondrá una salida de caja de unos 2.750 millones de euros durante cada ejercicio hasta finales de 2027.

La decisión supone poner fin a un periodo de nueve años en el que el dividendo ordinario se ha mantenido estable en 1,6 rials (0,4 euros) por título, que sólo se ha visto alterado por distribuciones extraordinarias.

Bin Salmán, príncipe heredero de Arabia Saudí, en una imagen de archivo

Bin Salmán, príncipe heredero de Arabia Saudí, en una imagen de archivo EFE

 

La medida, que será una de las dos planteadas en la asamblea, junto a la elección de auditor de cuentas, llega poco más de un año después de que STC sorprendiera al mercado al anunciar que se había convertido en el, por entonces, primer accionista de Telefónica, al asegurarse una participación del 9,9%. 

No obstante, tan sólo un paquete de acciones que representan el 4,9% del capital está realmente en poder de STC. Para el 5% restante, la 'teleco' saudí contrató una serie de instrumentos derivados con el banco de inversión estadounidense Morgan Stanley, toda vez que precisa de la autorización del Consejo de Ministros para incorporarlos de manera efectiva a su cartera. 

Optimismo saudí

Desde su aterrizaje improvisado, poco se ha sabido sobre los movimientos de STC en Moncloa para contar con la autorización. La cúpula directiva de la empresa saudí mantuvo un encuentro con los analistas poco antes del pasado verano, tras presentar los resultados del primer semestre, en el que aseguró que el plácet del Ejecutivo español llegaría en un plazo muy corto.

Poco más ha trascendido de un proceso que tiene su razón de ser en el estatus que Telefónica posee como uno de los principales contratistas del Estado en sectores como Defensa, telecomunicaciones y ciberseguridad, de alto valor estratégico. Esta circunstancia hace que STC precise de la autorización del Consejo de Ministros para superar el 5% del capital. 

Antes de que llegue la eventual luz verde, el propio Gobierno ha articulado el regreso del Estado al capital de Telefónica, con la adquisición de un 10% a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), en un movimiento a la defensiva, que el Ejecutivo justificó en aras de la defensa del interés general. 

Otro accionista de referencia de Telefónica como Criteria Caixa también reaccionó con un incremento de su participación también hasta el 10%, desde el poco más del 2% que acumulaba antes de la llegada de STC. 

El consejero delegado de Telefónica, José María Álvarez-Pallete

El consejero delegado de Telefónica, José María Álvarez-Pallete Europa Press

Movimientos que han tenido su correspondiente efecto positivo en la cotización de la compañía que preside José María Álvarez-Pallete. Desde que STC anunció su llegada al capital de Telefónica, sus acciones han experimentado una revalorización del 20% en bolsa. 

Los derivados contratados por STC vencen al finalizar el primer trimestre de 2025, de modo que la operadora saudí debería proceder a renovarlos, y asumir algo más coste, en el caso de que siguiera interesada en tomar la posición en Telefónica. 

Por ahora, mantiene el 4,9%, que le sitúa a la altura de BBVA, otro histórico socio de la empresa española, que cuenta además con una de las vicepresidencias del consejo y que en este proceso ha manifestado en todo momento su vocación de permanencia.