La burguesía catalana toma oxígeno con las salidas a bolsa de Europastry y Puig
Grandes patrimonios del territorio acaparan los estrenos bursátiles, valorados en más de 3.500 millones de euros, en un contexto complejo que ha demorado otros planes para dar el salto al parqué
23 junio, 2024 00:00Noticias relacionadas
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Los últimos años no han sido sencillos para la afamada burguesía catalana, que concentra algunas de las más destacadas fortunas de toda España. La fuga masiva de empresas y patrimonios que provocó la deriva del procés a finales de la pasada década y los problemas de relevo generacional que sobrevuelan el ámbito de la empresa familiar han hecho que este selecto grupo haya permanecido en segundo plano… hasta ahora.
Porque han sido precisamente célebres sagas de empresarios catalanas las que han acaparado en los últimos meses las portadas de la prensa financiera gracias a las tan esperadas salidas a bolsa.
Familias como los Puig, que ya tienen a su imperio de perfumería y belleza premium golpeando con fuerza las puertas del Ibex 35; y los Gallés, que al fin harán realidad los planes de pisar el parqué tras varios intentos de sacar Europastry a bolsa, han sido los encargados de animar el habitualmente oneroso negocio de abrir el capital de empresas prósperas a inversores institucionales ávidos de buenas oportunidades.
En los últimos días, los Gallés hicieron oficial que ya ultiman los preparativos para estrenarse en el mercado, en una operación que permitirá la salida del fondo MCH, que tomó en su día en torno a un 20% del fabricante de masas de pan y bollería congeladas, pero también financiar su proceso de expansión e internacionalización a través de la emisión de nuevas acciones destinadas directamente a los nuevos inversores.
Una operación que, por lo tanto, combinará una oferta pública de venta (OPV) con una oferta pública de suscripción (OPS), al estilo de cómo lo hizo esta primavera la familia Puig para protagonizar la que hasta ahora ha sido la salida a bolsa más voluminosa de Europa, con un total de 3.000 millones de euros suscritos.
No es la única similitud entre las operaciones de Puig y Europastry. Los Gallés también mantendrán el control de la compañía fundada en 1987 por Pere Gallés Payàs, padre del actual presidente, Jordi Gallés, pero cuyo germen se remonta a tres generaciones anteriores de emprendedores dedicados en cuerpo y alma al negocio de la panadería.
Mantener la mayoría
Actualmente, los Gallés controlan algo más de tres cuartas partes del capital de Europastry, a través de diversas sociedades que componen su family office (al estilo del Exea de los Puig); el consejero delegado, Jordi Morral, mantiene un 3% mientras que el resto es el porcentaje que MCH pondrá a la venta en el proceso de salida a bolsa.
Aunque aún se desconocen algunos detalles de la operación, el mercado cuenta con que los Gallés aprovecharán la oportunidad para poner en valor parte de la participación que mantienen, aunque la intención es conservar más del 50% del capital, lo que les permitirá tener bajo control las riendas del grupo y seguir diseñando su estrategia, como hasta ahora.
Ésa que ha llevado a Europastry a duplicar su facturación en apenas seis años, incluido el de la pandemia, para pulverizar la cota de los 1.000 millones de euros. Un punto en el que también coinciden con Puig, que superó el objetivo de facturar más de 3.000 millones de euros anuales con dos años de antelación sobre lo previsto.
Por el momento, la acogida de Puig entre los inversores ha sido positiva; en poco más de seis semanas que lleva como cotizada, el precio de sus acciones ha subido un 8,7%, y ha llegado a hacerlo cerca de un 13,5% cuando ha alcanzado sus máximos intradía.
Aunque los planes para salir a bolsa eran numerosos a comienzos de año, la notable volatilidad que están mostrando los principales mercados han hecho que un buen número de candidatas se lo piensen mejor. Las dudas sobre la intensidad con la que el Banco Central Europeo (BCE) se aplicará a la hora de recortar los tipos de interés, una vez que la inflación parece algo más controlada, se han unido a las generadas en algunos países con los resultados de las elecciones europeas para generar un clima de incertidumbre que convierte el salto al parqué en una decisión algo más atrevida que hace unos meses.
En cualquier caso, el lustre de los mercados ha servido para que los inversores vuelvan a poner el foco en Cataluña como lugar de emprendimiento, inversión y generación de riqueza. Y este contexto ha sido propicio para el renacer de un selecto conjunto de patrimonios que parecieron por momentos superados por los acontecimientos sociopolíticos.