Las familias Gallostra y Barri, víctimas de la estafa de Litexco
Fabio Beccaria, cerebro de la trama, engañó al creador de los míticos calcetines Pocholo, que era su suegro
3 febrero, 2024 00:00Noticias relacionadas
Terremoto en la zona alta de Barcelona. Las familias Gallostra y Barri están atrapadas en la presunta estafa de Litexco, una falsa trama inmobiliaria que se juzga en Liechtenstein, Suráfrica y España. El cerebro de esta telaraña de engaños, el empresario de origen italiano Fabio Beccaria, engañó al fundador de los míticos calcetines Pocholo, Francisco Javier Gallostra, que era su suegro.
Lo cuentan fuentes judiciales cercanas al caso que se sigue contra Litexco en el juzgado de Instrucción número 3 de Barcelona, donde se ha denunciado una triple estafa contra la inversora, como avanzó este medio. Hay más. Beccaria peinó la zona alta buscando aportaciones económicas para su firma y por el camino dejó varios desfalcos. Incluso en su familia política.
Los Gallostra y Barri, afectados
Las fuentes consultadas explican la operativa. Beccaria, un niño prodigio de los negocios, se casó en los años 80 con Pia Gallostra Barri, hija del empresario textil Francisco Javier Gallostra. El matrimonio atesoró varias propiedades en España. La cabecera de las mismas era una villa en Sant Vicenç de Montalt (Barcelona).
El inversor consiguió clientes en su casa. Su suegro traspasó sus activos inmobiliarios a Litexco a cambio de acciones. Su gestor de patrimonio particular no le precisó que hipotecó todo el portafolio de forma casi inmediata.
"Les alquiló la casa de Begur"
Hubo más. El inversor, formado en la Universidad de Milán, tomó prestado dinero de sus suegros y cuando éstos estaban tocados por la insolvencia de la textil Gallostra, "les alquiló varias propiedades". Una de ellas era una villa de lujo en la urbanización Aiguablava de Begur (Girona), lugar de veraneo de la burguesía catalana.
Beccaria consiguió que la hermana de su suegra, Imma Gallostra, también le confiara activos. Como al resto de inversores, no se los ha devuelto.
De hecho, la ronda de inversión de Litexco enmarañó a diversas personas de la zona alta de Barcelona, insisten las mismas voces. Ninguno de ellos ha recuperado sus activos.
"Los proyectos no existían"
Todo ello lo habría logrado el empresario italiano-alemán -obtuvo la nacionalidad para eludir el servicio militar en su Italia natal- prometiendo jugosas inversiones en Europa del Este. En países como Bulgaria, Polonia, Rumanía o Hungría, donde Litexco tenía filiales. Dos de las operaciones ofrecidas en la zona alta eran, por ejemplo, bonos del Estado de los dos últimos países exsoviéticos.
"Nada de eso existía", explica un interlocutor conocedor de los hechos. Las aportaciones no generaban retorno ni se devolvían. Y Beccaria seguía hacia adelante prometiendo a sus inversores que el futuro era brillante.
Denunciado en Liechtenstein, Argentina y España
Por el camino, el niño prodigio trasladó su operativa -y su residencia, la de su esposa y sus dos hijas- a Liechtenstein, de donde pendía todo el conglomerado. Y los perjudicados por sus actos, "una veintena de inversores en todo el mundo", fueron al principado a buscarle. "Forzaron la insolvencia de la matriz -Litexco International Holdings SA- en el micropaís para recuperar el dinero. Pero el juez detectó que no había fondos suficientes", remarcan.
En paralelo, se han iniciado acciones judiciales contra Fabio Beccaria en Suráfrica y Argentina. En el estado suramericano se ha intervenido una granja propiedad de Litexco. En España, se le ha denunciado en el juzgado 3 de Barcelona, en al menos una ocasión, y hay más afectados que se han dirigido a este medio.
Inmobiliario
De esta telaraña, se tendrá que rescatar lo que se pueda. La sede de Litexco en Barcelona y otros activos permanecen vacíos y abandonados, o intervenidos por orden de los juzgados de Liechtenstein, detalló Crónica Global. Eso sí, hay otros que no lo están. Son los más relacionados a Beccaria, su esposa, la interiorista Pia Gallostra, y sus dos hijas, Chiara y Alessandra.
Una de ellas es la casona familiar en el idílico pasaje Bilbenyes de Sant Vicenç de Montalt (Barcelona). La otra, una mansión junto a la avenida Tibidabo de la capital catalana, en la calle Vendrell. El despacho Rosaud Costas Duran (RCD), encargados de gestionar la insolvencia de las compañías, examina el portafolio para determinar lo que se pueda salvar.
"Los estafados parecen apoyarle"
La tarea es ingente, porque la telaraña de Litexco ya se empezó a desmadejar judicialmente en Liechtenstein, sin éxito. Y porque todas las casas están cargadas con durísimas hipotecas. Hay otro obstáculo: su familia y allegados políticos apoyan a Beccaria, pese a los fraudes. Entienden que ha sido una suerte de víctima.
Desde su entorno explican que su esposa es uno de los apoyos principales del directivo. Se presenta en las redes sociales como vicepresidenta de la sociedad benéfica Flying Angels que, desde Italia, vela por los derechos de la infancia en todo el mundo.
La oenegé ha contactado con este medio para aclarar que jamás han tenido contacto con ella, que jamás ha trabajado allí y que iniciarán acciones para que su nombre no se utilice "ilícitamente".
Este medio ha tratado de contactar con Fabio Beccaria y su familia más cercana. No ha recibido respuesta.