Los pesos pesados de la familia Grífols / EP

Los pesos pesados de la familia Grífols / EP

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Los dueños de Grífols dieron un préstamo de un millón al diario 'Ara' en plena crisis de la pandemia

La Fundació Carulla, la familia Rodés, accionista mayoritario de la editora del diario nacionalista, y los propietarios de la farmacéutica acusada de malas prácticas contables son los tres principales financiadores de Edició de Premsa Periòdica Ara

16 enero, 2024 00:00

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El informe publicado la pasada semana por Gotham City Research, que denunciaba malas prácticas contables en Grifols, ha puesto en el foco del mercado y del supervisor las operaciones de la compañía cotizada con el accionista Scranton Enterprises, sociedad participada por la familia fundadora de la farmacéutica que lleva su apellido. Una instrumental radicada en Países Bajos que los Grífols emplearon para apoyar financieramente a la editora del diario Ara con un préstamo de un millón de euros concedido en 2020, el año fatídico de la pandemia.

Se trata de un préstamo de carácter participativo que se encuentra consignado tanto en los estados contables de Scranton, en el apartado correspondiente a "otros activos financieros fijos", como en los de Edició de Premsa Periòdica Ara, propietaria del diario de línea editorial nacionalista, con la que los Grífols mantienen una conocida afinidad política.

Momento inoportuno

Llama la atención el hecho de que el préstamo se concediera en un año especialmente delicado para Grifols, dado que la elevada demanda de plasma como consecuencia de la incidencia del coronavirus provocó una notable caída de las reservas del grupo de hemoderivados, en el que Scranton cuenta con una participación de algo más del 8%.

Además, el momento fue especialmente inoportuno, toda vez que Grifols se encontraba en pleno proceso de expansión, especialmente en el exterior, que había llevado a la compañía a endeudarse de forma notable.

Condiciones ventajosas

Igualmente, resulta significativo el hecho de que el préstamo fuera del tipo participativo, que ofrece condiciones más ventajosas para el beneficiario que los que ofrecen habitualmente las entidades financieras.

Sin ir más lejos, el tipo de interés a cobrar suele variar en función de la evolución del negocio. De acuerdo con las últimas cuentas de la editora de Ara depositadas en el Registro Mercantil, el tipo de interés es del 1% pero siempre y cuando el resultado bruto de explotación (Ebitda) de la sociedad sea positivo al final de cada ejercicio (al contrario de lo que ha sucedido con los cerrados desde la concesión del préstamo).

Planta de Grífols en Parets del Vallès (Barcelona)

Planta de Grífols en Parets del Vallès (Barcelona) Cedida

Los préstamos participativos también incluyen plazos de amortización más largos, como en el caso del concedido por Scranton, cuyo vencimiento está fijado para el año 2025

Esta es la fórmula a través de la que Edició de Premsa Periòdica Ara obtiene el grueso de su financiación y que constituye también la práctica totalidad de la deuda de la sociedad, que al cierre de 2022 sumaba 16,9 millones de euros. 

Rodés, socio y financiador

Además de Scranton, dos son los actores que aseguran la viabilidad financiera del medio, todo un referente de la prensa afín al independentismo. Uno de ellos es la familia Rodés, accionista mayoritario de la editora, con una participación en torno al 60% del capital.

A través de la instrumental Acta Diürna, los Rodés aportan préstamos participativos desde 2015, que han ido ampliando y capitalizando (principalmente los intereses) a lo largo de estos años y que presenta actualmente un saldo de 7,8 millones de euros.

La afinidad de los Carulla 

El segundo es la Fundació Carulla, socio de la editora hasta 2019, que también le ha concedido préstamos participativos, cuyo saldo al cierre del último ejercicio era de 5,028 millones de euros.

Tanto los Rodés como los Carulla, fundadores y dueños del imperio alimentario Agrolimen y propietarios de una de las mayores fortunas de Cataluña, comparten afinidad política con los Grífols. No obstante, no deja de ser llamativo el hecho de que mientras que Rodés y Carulla controlan de forma absoluta las entidades con las que contribuyen a la financiación del Ara, no sucede lo mismo en el caso de Scranton. 

Así lo aseguró la pasada semana el presidente de Grifols, Thomas Glanzmann, en el transcurso de la conferencia con analistas e inversores que la farmacéutica cotizada organizó para tratar de aclarar las graves acusaciones vertidas por Gotham en su informe, que provocaron un fuerte desplome del valor en bolsa.

"Scranton no es el family office de la familia Grifols; sólo tres de sus miembros forman parte de la sociedad, que comparten con más accionistas", señaló el ejecutivo, al que Gotham acusaba de ser demasiado cercano al primer accionista, lo que pondría en cuestión la independencia de sus decisiones.

La caída de Grífols en la Bolsa de Madrid

La caída de Grífols en la Bolsa de Madrid EFE

A pesar del apoyo financiero de relevantes patrimonios catalanes y las voluminosas subvenciones recibidas por parte de la Generalitat, la situación de la editora de Ara es notablemente mejorable.

Con pérdidas acumuladas en los últimos ejercicios superiores a 16 millones de euros, Edició de Premsa Periòdica Ara presenta fondos propios negativos de 10,7 millones de euros y la citada deuda próxima a los 17 millones de euros.

Las dudas de la auditora

De hecho, Grant Thornton, firma encargada de auditar las cuentas, llama la atención sobre estas cifras y también sobre un fondo de maniobra negativo de 2,73 millones de euros.

Elementos todos ellos que "indican la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas respecto a la capacidad de la entidad para continuar como empresa en funcionamiento".

Complicado entorno

Uno de los puntos que pone en duda el cumplimiento de los planes de negocio de la editora es el "complicado entorno económico" que le rodea y "la incertidumbre de una parte de los ingresos futuros por publicidad que obtiene de las instituciones públicas".

Toda una apuesta de riesgo que no hace sino alimentar las dudas sobre la gestión de Scranton Enterprises, sobre la que ahora se centran los potentes focos bursátiles.