La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero / EP

La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero / EP

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Las empresas se preparan para asumir más carga fiscal tras el refuerzo de Montero en Moncloa

El ascenso a una de las vicepresidencias de la ministra de Hacienda en el nuevo Gobierno se interpreta desde ámbitos empresariales como un aval a la continuidad de la política de impuestos, que ha impactado en las grandes corporaciones

21 noviembre, 2023 00:00

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La designación de María Jesús Montero, renovada ministra de Hacienda, como vicepresidenta cuarta del Gobierno ha sido una de las novedades más relevantes en la confección del nuevo Ejecutivo conformado tras la investidura de Pedro Sánchez como presidente. Y en el entorno de la gran empresa ha sido recibido como un mensaje de refuerzo a las políticas fiscales aplicadas en la pasada legislatura, que han provocado numerosas fricciones entre las corporaciones y el Gobierno.

Todo ello debido a la subida de la carga fiscal, extendida también al conjunto de los contribuyentes, que tuvo su particular punto álgido en la aprobación de los impuestos especiales a los sectores financiero y energético y que, pese a su consideración inicial de temporales, terminarán por ser permanentes. 

Sintonía deteriorada

Unas figuras tributarias que se encuentran actualmente recurridas en los tribunales pero que ya están impactando en la cuenta de resultados de las compañías, y que podrían verse pronto acompañadas de otras medidas en la misma dirección, de acuerdo con los asuntos que se han puesto encima de la mesa en las últimas semanas, en el transcurso de las negociaciones para la investidura.

En general, en las grandes empresas se preparan para una legislatura complicada, dado que la sintonía con el Ejecutivo fue deteriorándose con el paso del tiempo hasta llegar prácticamente en mínimos a su finalización. 

La amenaza de Repsol

De hecho, aun durante el periodo de Gobierno en funciones mientras se mantenían conversaciones con vistas a la investidura, Repsol dio un golpe encima de la mesa al lanzar un mensaje sobre la posible paralización de inversiones industriales en España si proseguía el actual escenario, que relacionaba con una situación de inseguridad jurídica.

La energética, una de las principales penalizadas por los impuestos especiales, hacía mención precisamente a las novedades en materia fiscal y, de hecho, ya ha detenido algunos proyectos en marcha a la espera de una eventual respuesta del Gobierno y del conjunto de la industria.

No pocos interpretan que la contestación del Gobierno ha llegado de manera indirecta con el refuerzo de la figura de Montero, que supone un ascenso y un más autorizado voto de confianza. La titular de la cartera de Hacienda ha sido uno de los grandes apoyos de Sánchez durante los momentos más complicados de la pasada legislatura y ha visto de esta forma recompensada tanto su lealtad como su labor al frente del gabinete que dirige. 

Más allá de este nombramiento, el entorno empresarial también considera que la figura de Montero podría ser, incluso, más reforzada en el caso de que finalmente la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, sea elegida presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), cargo para el que ha presentado su candidatura.

Alarmas encendidas

Esta eventual circunstancia haría que Calviño tuviera que dejar el Ejecutivo y no faltan aquellos que ven en Montero una firme candidata a ocupar su lugar como primera vicepresidenta, incluso por delante de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y líder de Sumar, formación con la que el PSOE conforma la coalición de Gobierno tras las elecciones del 23 de julio.

Sea como fuere, las alarmas en la gran empresa ya están permanentemente encendidas, a la espera de futuros acontecimientos; en ningún caso se espera un cambio de dirección en materia fiscal ni tampoco que se relaje el clima hostil que la mayoría de las corporaciones considera que el Gobierno ha sembrado hacia ellas.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados EUROPA PRESS

 

Ya durante la sesión de investidura, el entonces todavía candidato Pedro Sánchez ya advirtió de que "mientras nosotros gobernemos, los ricos pagarán más, es lo justo".

Un mensaje dirigido hacia los grandes patrimonios, que también han sido objetivo de las políticas fiscales de Moncloa con el impuesto que compensaba la bonificación que algunas Comunidades Autónomas aplican al Impuesto sobre el Patrimonio pero que las empresas consideran que es extensivo también a su ámbito.

El mensaje de Roig

Uno de los últimos en pronunciarse sobre el impacto del clima político en la actividad económica y empresarial fue el presidente de Mercadona, Juan Roig, al indicar que la división y la crispación sólo generan incertidumbre, uno de los factores que con mayor negatividad impactan en las inversiones y la consiguiente creación de empleo.

"Si esta situación se diera en Portugal, donde estamos en expansión, ralentizaríamos las inversiones", señaló Roig. Repsol ya ha amenazado con esto en España. Por ahora, todo parece indicar que el Gobierno acepta el órdago.