Repsol espera una adhesión de la industria ante su amenaza de dejar de invertir
La energética, que ha destinado a España cerca de 1.800 millones de euros de su capex en lo que va de año, lanza un órdago ante el compromiso de los partidos que formaron la coalición de Gobierno de prolongar el impuesto al sector
26 octubre, 2023 23:30Noticias relacionadas
Repsol se ha sumado a la furibunda respuesta empresarial contra uno de los elementos del acuerdo alcanzado por PSOE y Sumar para reeditar la coalición de Gobierno, consistente en hacer permanente la fiscalidad especial aplicada desde este año a los sectores financiero y energético. Pero la compañía que preside Antonio Brufau ha ido un paso más allá, con una amenaza velada de detener sus inversiones en España si prosigue un escenario que define como "falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal" del país.
En realidad, se trata de un llamamiento al sector industrial en su conjunto, del que Repsol forma parte como una de sus puntas de lanza. La compañía espera que el sector recoja el guante lanzado y se sume a la reivindicación de una fiscalidad que estimule las inversiones, en lugar de forzar a plantearse si continuar con ellas.
De forma nada casual, Repsol ha aprovechado la presentación de sus resultados de los nueve primeros meses del año para oponerse a la medida que llevaría a cabo un Gobierno liderado por el actual presidente en funciones, Pedro Sánchez, en el caso de que lograra los apoyos suficientes en el Congreso para la investidura.
En esas cuentas hasta septiembre se incluye la nada desdeñable cifra de inversión en este periodo de 4.362 millones de euros, de los que cerca de 1.800 millones han tenido como destino España, principalmente en proyectos de energías renovables y para la fabricación de productos con una huella de carbono baja o neutra.
Contribución al empleo
Estas inversiones cuentan con un marcado componente industrial, involucran a numerosas empresas del país con las que Repsol acuerda alianzas y contribuyen "al mantenimiento de miles de puestos de trabajo", recuerda la compañía en el mismo comunicado en el que asegura que un escenario de inestabilidad fiscal "podría condicionar los futuros proyectos industriales de Repsol en España".
Tras lanzar el mensaje, Repsol espera la respuesta de la industria ante una eventual pérdida de proyectos que dinamicen la actividad, cuyo peso en el conjunto de la economía del país se encuentra sensiblemente por debajo del que se da en el resto de las grandes potencias de la Unión Europea.
Con frecuencia, tanto Brufau como el consejero delegado, Josu Jon Imaz, recuerdan la relevancia del objetivo marcado por la Comisión Europea de que la actividad industrial suponga, al menos, un 20% del Producto Interior Bruto de los países miembros.
En este sentido, el hecho de que un inversor tan relevante como Repsol dejara en suspenso sus proyectos supondría un grave perjuicio para numerosas empresas del sector, que verían amenazada incluso su continuidad y el mantenimiento del empleo.
La conexión política
Para Repsol, el gravamen extra a las energéticas castiga al resto de empresas que "invierten en activos industriales, generan empleo y garantizan la independencia energética del país. En cambio, favorece a los importadores que no generan empleo ni actividad económica relevante en España".
Una buena parte de la actividad industrial se concentra en Cataluña y Euskadi; un territorio este último bien conocido por Imaz, que se desempeñó como dirigente del PNV en su anterior etapa como político.
Precisamente, son los nacionalistas vascos uno de los apoyos que precisa Sánchez para lograr una investidura que podría derivar en una situación complicada para el sector. De ahí que el consejero delegado de Repsol sea perfectamente consciente de las teclas a tocar.
Por el momento, el único pronunciamiento público ha sido el de Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, aunque en realidad el ejecutivo prefirió esperar acontecimientos. En la conferencia con analistas para presentar las cuentas de la eléctrica, Galán esquivó la opinión con el argumento de que el Gobierno aún no está conformado.
"Están en fase de negociaciones. Esperaremos a conocer si definitivamente hay Gobierno y, a partir de entonces, daremos nuestra opinión", apuntó el máximo responsable de Iberdrola.
Preferencias en el exterior
Lo cierto es que, en su día, Galán lideró las reivindicaciones del sector energético de un marco normativo estable y una fiscalidad adecuada para mantener las inversiones. Sin embargo, la insistencia del Ejecutivo en dar vueltas de tuerca a la presión sobre las empresas llevó a Iberdrola a mostrar públicamente sus preferencias para invertir en otros mercados clave para la empresa, especialmente EEUU.
Parece llegar ahora el turno de Repsol, que espera contar con el apoyo del sector industrial, para lo que ya se ha encargado de lanzar un mensaje de alerta.