Sede de Telefónica, en Madrid / EP

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Un fondo luxemburgués, custodio en paraísos fiscales: así desembarca Arabia Saudí en Telefónica

Saudi Telecom se da un plazo de 18 meses para lograr las autorizaciones del Gobierno y poder ejecutar el 5% de la compañía española que tiene contratado a través de productos derivados

8 septiembre, 2023 23:30

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Saudi Telecom (STC), la operadora controlada por el reino de Arabia Saudí, ha diseñado durante los últimos meses un complejo sistema para abordar la toma de un 9,9% del capital de Telefónica. En él no faltan elementos como un fondo a medida, registrado en Luxemburgo por una firma experta en servicios financieros, entre ellos de custodio y fiducia, que tiene varias bases radicadas en paraísos fiscales.

La operación se pergeñó durante los últimos meses, sin que la operadora española tuviera noticia alguna de ella, así como el Gobierno ni la Casa Real, que ha mantenido tradicionalmente buenas relaciones con la familia real saudí.

Un fondo registrado en junio 

Para ejecutar el más que discreto y silencioso abordaje al capital de Telefónica y convertirse así en su primer accionista, STC registró un fondo en Luxemburgo a comienzos del pasado mes de junio, bajo la denominación de Green Bridge Management, que le permite operar en todo el ámbito de la Unión Europea

Esta entidad, a través del vehículo Green Bridge Investment, ha sido la encargada de adquirir físicamente 281,77 millones de acciones de la compañía que preside José María Álvarez-Pallete, equivalente al 4,9% del capital, según figura en el registro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete / EP

El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete / EP

Valorado en 1.085 millones de euros, a precios actuales de mercado, esta participación es la máxima que un inversor puede comprar en Telefónica sin necesitar autorización por parte del Gobierno.

Dado que la empresa dependiente del Estado saudí quiere llegar al 9,9%, el 5% restante lo ha contratado, también a través del fondo luxemburgués, a través de un instrumento derivado que le permite una adquisición aplazada de las 287,52 millones de acciones restantes.

El papel de Maples Group

El derivado contratado por el fondo cuenta con una fecha de vencimiento del 5 de marzo de 2025. Es decir, que STC se da 18 meses de plazo para obtener las autorizaciones pertinentes que le permitan ejecutar el contrato y poder hacerse con los títulos.

Para constituir el armazón societario a través del que se ha realizado la operación, STC, controlada al 65% por el fondo soberano saudí Public Investment Fund (PIF), ha contado con la colaboración de Maples Group, firma especializada en servicios financieros, que ha sido la encargada de registrar los fondos en Luxemburgo y diseñar la operativa. 

Aunque presta sus servicios en todo el mundo, la sede de Maples Group se encuentra situada en el territorio de Islas Caymán, considerado uno de los mayores paraísos fiscales del planeta. 

Además, también tiene oficinas en otros territorios de similares características como Islas Vírgenes Británicas y Jersey, aunque igualmente está presente en plazas como Londres, Dublín y la propia Luxemburgo.

Un español al timón

Fundada hace más de 50 años, una las especialidades de Maples Group es la de diseñar para sus clientes estructuras fiscales lo más eficientes posibles para abordar inversiones y operaciones corporativas, además de proporcionarle servicios de fiducia y asesoría legal. 

En concreto, la operación en torno a Telefónica se ha realizado a través de su oficina en Luxemburgo, uno de cuyos directores es el español Jorge Pérez Lozano, que ocupa los cargos de vicepresidente senior y jefe de los servicios fiduciarios de la sucursal radicada en el Gran Ducado.

Tutelado por el Gobierno

Dado que Telefónica opera en un sector notablemente regulado como el de telecomunicaciones y cuenta con una elevada implicación en el área de Defensa, STC precisa la autorización del Consejo de Ministros para hacerse con el 5% de la empresa. 

En la comunicación con la que anunció la compra, STC negó tener la intención de aspirar a controlar la operadora española y se presentó como un inversor de largo plazo. En su primera respuesta oficial, Telefónica calificó la adquisición como una "aproximación amistosa".