Tito Álvarez testa su fuerza tras perder influencia política en el Ayuntamiento de Barcelona

No sería el primero que encaja. Antes de la pandemia, las siglas y su carismático líder movilizaban con facilidad miles de chóferes, pero ha recibido varios reveses durante los últimos tiempos. El primero de ellos, la salida de Ada Colau en el ayuntamiento barcelonés como resultas de las elecciones municipales.

Sin la carta de los comunes

La investidura de Jaume Collboni como nuevo alcalde de la capital catalana, así como presidente del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), cambia el equilibrio de fuerzas en lo local.

El delegado del Gobierno en Cataluña, Carlos Prieto (2i) y el portavoz de Élite Taxi, Tito Álvarez (3d) Europa Press

Hay que recordar que el ente supralocal regula la actividad del servicio público a través del Instituto Metropolitano del Taxi (IMET). La cercanía entre los comunes y Élite Taxi ya no lubricará las relaciones entre Álvarez y la Administración municipal.

Es verdad que en las municipales de mayo, el sindicato mandó una carta a sus asociados en la que pedía el voto para los socialistas por el impacto de las superilles en su trabajo. Pero el mismo documento dejaba claro que se trataba de un apoyo temporal debido a la casuística del momento. El órdago que Élite ha lanzado este verano testará el nivel de engrase de la relación entre el sindicato y el nuevo gobierno municipal. Por ahora, no se ha evidenciado.

Adiós a la estrella política

Pero no se trata solo de pérdida de influencia política. Las fuentes consultadas apuntan a un deterioro del liderazgo de Álvarez entre sus correligionarios. De hecho, las manifestaciones convocadas por Élite Taxi no han exhibido el mismo vigor que las históricas protestas de 2017, 2018 y 2019, con la toma incluida de la Gran Vía de la capital catalana.

En este sentido, la retirada a tiempo del pasado febrero, cuando la plataforma desconvocó su demostración de fuerza a las puertas del ISE, el hermano menor del Mobile World Congress (MWC), también puede leerse en esta clave. El evento de telefonía se ha convertido en la víctima del colectivo cada vez que quiere presionar a los responsables públicos con sus exigencias. En el ejercicio en curso, la entidad concedió una "tregua" a la feria tecnológica.

Regulaciones y regulaciones

En esta coyuntura también incide la polémica cuestión regulatoria. La normativa del AMB sobre los vehículos de transporte con conductor (VTC), que fue tumbada el pasado junio por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) al considerar que la ratio 1/30 entre VTC y taxi no era adecuada, había sido defendida por Álvarez.

Como también defendió el decreto de la Generalitat del verano de 2022, contestado por Competencia, las plataformas tecnológicas y los VTC históricos. Llegó a decir que la norma era un "hijo del taxi y una obra de arte". La justicia europea ha enmendado esta valoración. Ha puesto en aprietos la aplicación de esta regulación de alcance autonómico, que por lo pronto ya ha generado la presentación de numerosas reclamaciones patrimoniales por parte de algunos operadores privados.

Agentes de la Urbana junto a un taxi en Barcelona / URBANA

Brechas internas

A la suma de la pérdida de estrella política y el desacierto en cuestiones jurídicas, se añade alguna que otra brecha interna por el particular comportamiento del líder del amarillo y negro. El pasado enero, los colegas de Madrid se desmarcaron de los insultos de Álvarez contra Isabel Díaz Ayuso.

Para responder a la multa de Competencia, Élite Taxi ha echado mano del guion habitual: ha denunciado una supuesta conjura de multinacionales y políticos con un lenguaje incendiario y amenazador, llegando a hablar de un "ataque fascista" contra los taxistas, y ha puesto sobre la mesa sus exigencias a cambio de garantizar la movilidad. La duda está en si la estrategia volverá a funcionar.