Xavier Panés, presidente de Cecot / CEDIDA

Xavier Panés, presidente de Cecot / CEDIDA

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Xavier Panés (Cecot): "Hay prejuicios contra los empresarios, se cree que aún estamos en el XIX"

En la mesa del nuevo líder de la patronal vallesana no faltan carpetas como financiación autonómica, infraestructuras y fondos europeos ante un 2023 que se prevé cuesta arriba

11 diciembre, 2022 00:00

El nuevo presidente de Cecot, Xavier Panés, no teme la etiqueta de continuista. La influyente patronal vallesana renovó su presidencia el pasado junio tras el largo liderazgo de Antoni Abad. A la vez que defiende el legado de su antecesor, este empresario del metal quiere lograr que la voz de los patronos cale más en la sociedad. En su mesa no faltan carpetas: financiación autonómica, infraestructuras, fondos europeos... Con un 2023 que se prevé cuesta arriba, Crónica Global entrevista al nuevo líder de la organización empresarial vallesana.

–Llega a la presidencia de Cecot tras 17 años de liderazgo de Antoni Abad. ¿Qué habrá de continuidad y qué de novedad en su mandato?

–Lo que se haya hecho de bueno lo continuaremos y lo malo, lo cambiaremos. No se ha hecho una gestión mala. A veces tenemos demasiado miedo a decir la palabra continuismo. Hay cosas que serán diferentes porque al final somos personas diferentes y un poco de marca propia se acabará dejando. Pero no es un cambio dado porque lo anterior haya sido un desastre. Continuismo en este sentido sí, pero continuismo en hacerlo exactamente igual, no.

–¿Y llegar a la presidencia sin elecciones, sin que haya debate...?

–El hecho de que no haya elecciones no quiere decir que no haya habido debate, sino que simplemente el debate en estas entidades se hace a nivel más interno. Estamos más acostumbrados a las elecciones políticas en que salen uno y otro candidato, se confrontan ideas en público... En Cecot quien te vota son los gremios, con los que hablas y trabajas y ya sabes cuáles son sus necesidades. No es un sitio donde haya bofetadas.

–¿Pero diría que es bueno o malo que no haya elecciones en las organizaciones empresariales? ¿Cómo se lo plantea dentro de cuatro años?

–No me lo planteo, todavía me acuerdo de que solo llevo cinco meses [risas]. Si hay dos programas, dos formas de verlo diferente y se lleva a las votaciones me parecerá perfecto, pero pasa que muchas veces no hay tantas divergencias ideológicas como en unas elecciones políticas. No discutimos sobre ideas, sino sobre cosas por hacer. No hay tanta posibilidad de confrontación. Si pasara no me parecería mal siempre y cuando no se hubiera producido por unas discrepancias que vayan más allá de lo puramente empresarial, porque si no se desvirtuaría el sentido de la organización.

–Si le pido cuáles son las cuestiones prioritarias que pondrá en marcha en su mandato, ¿qué me responde?

–La más importante que tenemos en Cecot, y no lo digo con ánimo de crítica, es que había un presidente que llevaba 17 años y ahora hay uno que lleva cinco meses. Había un secretario general que llevaba 34 años y ahora hay uno que lleva uno y medio. Se ha producido este cambio, que no es solo un cambio de caras sino que en estos años todo ha cambiado, también los gremios. El gremio debe prestar sus servicios a las empresas de ahora, las del siglo XXI. Al final yo solo soy el portavoz de un grupo de gremios que en su momento decidieron unirse. Mi trabajo es este, con lo cual nos debemos interrelacionar y hacerlo de una forma que sea atractiva para lograr asociados. Esto es lo más importante. Si quieres extenderlo un poco más, esperamos que esto ayude a volver a generar opinión de la sociedad civil.

–¿Cree que la voz de los empresarios no se escucha lo suficiente?

–Estoy convencido. Tenemos primero una dificultad para definir al empresario. A veces me da la sensación de que no hemos superado socialmente la primera revolución industrial. Hay prejuicios contra los empresarios, se cree que aún estamos en el siglo XIX o el XX. Lo vinculo con la idea de ponernos en el siglo XXI. El empresario de ahora va en metro, te lo encuentras cada día... A veces los medios de comunicación obedecen a estas normas de decir empresario: de derechas, capitalista, explotador... No es así. Y hay un problema también de autoidentificación, de no querer reconocerse como empresario.

–Xarxa BANC, RETAILcat, el Centre de Reempresa... se han creado muchos satélites entorno a Cecot. ¿Seguirán lanzando iniciativas de este tipo?

–Es la manera de hacer las cosas en Cecot, prestar servicios a los empresarios y autónomos que están en la casa y también para los que no están. Sí es cierto que una patronal, en el sentido clásico, es un grupo que intenta defender sus intereses ante la Administración. Ese es un trabajo que nos toca hacer. Pero además debes dar algo para ayudar a mejorar a las empresas y a la sociedad en general. El Centre de Reempresa ha salvado más de 10.000 puestos de trabajo de pequeños negocios. Otro programa, Help Empresa, ayuda a las empresas en dificultades dándoles asesoría profesional y gratuita de manera que puedan corregir la tendencia que las puede llevar al cierre. Estamos pensando en abrir una oficina de financiación para pequeños empresarios o autónomos, la oficina de transición energética también funciona muy bien para ayudar a instalar placas solares... Continuamente pensamos en este tipo de cosas y cuanta más regulación hay...

Xavier Panés, presidente de Cecot / CEDIDA

Xavier Panés, presidente de Cecot / CEDIDA

–Ahora que menciona la regulación, recientemente presentaron junto a Ostrom un estudio sobre la jungla burocrática que hay en Cataluña.

–Este es uno de los grandes problemas. El exceso de control, vigilancia, normativas sobre las empresas lo único que hace es dificultar su día a día. En ocasiones da inseguridad jurídica porque una cosa primero debe hacerse de una determinada manera y después de otra. Es una de nuestras quejas más importantes, aunque debe decirse que con poco éxito. Se ha creado una normativa de facilitación administrativa, pero no es suficiente. Si se aprueba una norma nueva, debe quitarse una vieja. La otra pata es la falta de calidad legislativa, porque nos metemos con los políticos pero los legisladores también tienen su parte de responsabilidad. De todo esto se destila una desconfianza ya no hacia el empresario, sino hacia el administrado, que al final es el jefe, el dueño de la administración. La administración nació para dar servicios al administrado, no para crearle problemas.

–¿Cómo están las relaciones con Foment?

–Muy bien, espectaculares.

–¿Se ha enterrado cualquier conflicto?

–Quedó enterrado ya hace tiempo. Las diferencias se superaron desde que nos volvimos a integrar en Foment y en este momento las relaciones con Josep Sánchez Llibre son muy buenas, muy estrechas.

–¿Con usted se desbloqueará la B-40?

–Ojalá. Es una infraestructura muy importante, hace 30 años que hablamos de ella. Nos han dicho muchas veces que sí, ahora parece que la parte que llega hasta Terrassa estará lista el año que viene, pero hasta Sabadell es más complicado. Nos lo han dicho tantas veces que mantengo cierta incredulidad. Confío en que se vea la absoluta necesidad de solucionar este problema teniendo en cuenta que es un tema que el territorio tiene muy asumido.

–¿Por qué está fracasando el reparto de los fondos Next Generation?

–No están llegando porque se ha dejado la parte grande, la intermedia. Por un lado se tienen los PERTE, que mueven grandes proyectos de centenares de millones, y después pequeños programas como el Kit Digital. Pero hay una parte importante entremedias que son proyectos muy ligados al territorio, en que colaboran varias empresas y administraciones, ayuntamientos y universidades de los que se habló y no se han llevado a cabo. Dependería del Estado que quisiera acercarlos a las administraciones más cercanas como son las comunidades autónomas, no solo la catalana.

–Subir o bajar impuestos, ¿qué plantea Cecot?

–Consideramos que en Cataluña hay una fiscalidad excesiva. Si se compara el número de impuestos, ya no hablo de recaudación, entre Cataluña y Valencia, por ejemplo, es muy exagerado. Es un nivel de fiscalidad demasiado elevado. Ya no entro en que consideramos que hay impuestos como Patrimonio que no tienen razón de existencia. Además, el impuesto de Actividades Económicas castiga más a Cataluña que a otros sitios porque lo paga sobre todo la industria. ¿Que puede estar justificado? No digo que no, pero no me sirve porque la realidad de la empresa es que su carga impositiva es más alta.

–¿Hablaría de dumping fiscal entre comunidades?

–Hay comunidades que practican dumping. Se ha visto con Andalucía y Madrid, que rebajan la presión de un impuesto como anzuelo para captar empresas. Este es un tema, otro sería que cada autonomía pone sus impuestos. La raíz del problema, que lamentablemente hace mucho tiempo que no se dice con suficiente contundencia, es que somos una autonomía, y como autonomía tenemos un problema de infrafinanciación, de déficit fiscal. Si tuviéramos una financiación que no castigase la ordinalidad con respecto a otras autonomías dispondríamos de más dinero y no haría falta que los gobiernos pensaran maneras de buscar recursos para financiarse. Estoy convencido de ello. El principal problema es no disponer de una financiación adecuada y de que las dotaciones que se hacen en los presupuestos generales del Estado no se ejecutan.

–Pero la Generalitat también ejecuta la mitad de sus inversiones, concretamente el 45%.

–También, también. Hay un primer tema, el déficit fiscal, en que claramente la responsabilidad es del Estado, y otro son los presupuestos de la Generalitat en que pasa lo mismo.