Imagen de una sesión de música electrónica en Pachá Ibiza / Cedida

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Business

Pachá liquida su división de ropa para sanear cuentas antes de la venta

El grupo de las dos cerezas pacta el fin de un pleito de 21 millones que le puso el empresario del textil Josep Gual

19 noviembre, 2022 00:00

Grupo Pachá ha enterrado su división de ropa con el fin de sanear sus cuentas antes de venderse total o parcialmente a un nuevo inversor. El grupo de ocio nocturno ha liquidado un pleito de 21 millones que pendía sobre la compañía y que interpuso el empresario del textil Josep Gual. Ha pactado el fin del litigio para reestructurar los libros antes de su colocación en el mercado, por la que ya hay interesados. 

Lo explican fuentes del sector, que indican que Pachá ha liquidado un doble litigio que mantenía con Cherry 2013, la empresa de retail con la que pactó en 2016 sacar una marca de ropa con la conocida marca de las dos cerezas. La firma le pedía 21,4 millones por incumplimiento de ese contrato, pero la compañía rechazaba pagar. Finalmente, se ha llegado a un acuerdo de conformidad. 

"Doble litigio en Vilafranca y Alicante"

Las fuentes consultadas detallan que Gual y Pachá tenían dos litigios paralelos por la línea de ropa, uno en Alicante y otro en Vilafranca del Penedès (Barcelona). "El primero concernía a la cesión de la marca y el segundo, a la indemnización por la inversión efectuada y el lucro cesante", explican. Ambos procedimientos "se han transaccionado", por lo que ambas partes han pactado. ¿A cambio de qué? "De una pequeña indemnización que ni de lejos llega a los 21 millones que pedía Gual". 

El interior de la renovada discoteca Pachá Ibiza / ERV

El interior de la renovada discoteca Pachá Ibiza / ERV

Sea como fuere, con ese pequeño pago, Pachá entierra el doble pleito por su marca de ropa. ¿En qué condiciones? "Se resuelven los contratos de licencia y se vuelve al status quo de antes de 2016, pagando una simbólica indemnización por la inversión hecha por el empresario". 

Pacto de la era Urgell: Trilantic no lo quería

En cualquier caso, el fin del litigio entre Pachá y Cherry 2013 tiene otro significado. El conglomerado de ocio nocturno, hotelería y restauración entierra uno de los conflictos que provocó la venta de la empresa que creó Ricardo Urgell al fondo estadounidense Trilantic Capital Partners. Fue Urgell quien acordó con Gual un pacto de joint venture, entrega de licencia y agencia para la línea de ropa.

Cuando Trilantic compró Pachá en 2017 por cerca de 300 millones, el inversor estadounidense renunció a esa entente. Consideraban que era un acuerdo comercial de Ricardo Urgell, y no suyo. Fue una de las tensiones que surgieron tras la colocación. Ahora se cierra ese fleco. 

Antes de la venta

La fumata blanca llega antes de que Pachá vuelva a cambiar de manos. La enseña busca un inversor que la adquiera, o que "la ayude a crecer internacionalmente", como defiende un portavoz de la firma. Como explicó este medio, uno de los interesados en entrar en el accionariado es MSG Entertainment, gestor del Madison Square Garden de Nueva York y de los restaurantes posh Hakkasan. 

Nick McCabe, exCEO de Pachá, ahora director  / Cedida

Nick McCabe, exCEO de Pachá, ahora director  / Cedida

En esta clave se deben entender también los números de ingresos y beneficios que aporta la marca, y que son a todas luces irrealizables, según el sector. Trilantic sostiene que cuadruplicará facturación hasta los 170 millones en 2025, una cifra irreal tras el estreno irregular de operaciones como el Lío Mikonos, un hotel y restaurante en la isla griega que ha tenido una acogida discreta. "Las cifras se dan para atraer a inversores", detallan voces de la industria. 

Debate sobre la gestión

En efecto, las decisiones de Trilantic al frente de la marca que arropó el nacimiento del ocio nocturno en España --el primer Pachá Sitges abrió en 1967-- han causado cierta controversia. La inversora estadounidense apostó por vender el Hotel Pachá Ibiza al vehículo británico Reuben Brothers, y acometió una remodelación integral del club de Ibiza, el mascarón de proa de la firma, que no gustó a todo el mundo. 

De hecho, Trilantic apenas pudo desplegar su potencial porque la pandemia del coronavirus golpeó a España y provocó el cierre total del ocio nocturno a nivel global, también en Ibiza. Ello obligó a pedir un rescate al Gobierno. Tras la fase dura de la pandemia, se ha planificado la venta.