La administración concursal malvende el último hotel de Joan Gaspart

Lo explican fuentes cercanas al procedimiento, que detallan que los administradores concursales están vendiendo los pocos activos que quedan de Husa tras el concurso de acreedores de 2015, el incumplimiento del convenio con los acreedores y la insolvencia y liquidación de la compañía. Las mismas voces detallan que "queda muy poco" para colocar e intentar repagar deudas. Entre lo poco existente destaca el Hotel Sant Bernat, un tres estrellas de 32 habitaciones, piscina y restaurante propio. 

No hay interesados

De momento, la colocación no ha tenido éxito. Los abogados que pilotan el desguace de Husa abrieron una primera venta por 3,5 millones de euros. No se presentó ningún interesado. Tras ello, sacaron el activo a subasta por un precio de 1,8 millones, pero tampoco se acercó ningún inversor. Ahora, estudian abrir una fase de venta directa sin precio mínimo, lo que reduciría aún más el valor que se saca del hotel. 

El Hotel Sant Bernat, de Husa, que se vende / Cedida

Las voces consultadas recuerdan que el alojamiento está en una ubicación complicada --el kilómetro 20 de la carretera de Santa Maria de Palautordera a Seva, en pleno Parque Natural del Montseny--, que las prestaciones tampoco son espectaculares y que el sector alojativo ha entrado en cierta depresión tras un verano de récord y con una recesión económica en el horizonte. 

Disparidad

La venta del último hotel de Husa llega cuando la administración concursal ha concluido que la gestión del grupo tras la primera insolvencia declarada en 2014 fue punible, como explicó Crónica Global. A esta tesis se ha añadido la fiscalía en representación de la Abogacía del Estado, que ha pedido la inhabilitación para un periodo de una década y que el propio Joan Gaspart se haga cargo de una deuda de 288 millones de euros, avanzó El Economista. 

Eso sí, las fuentes consultadas recuerdan que la calificación fiscal de la pieza seis del concurso de acreedores de la hotelera, que se sigue en el juzgado de lo Mercantil número 3 de Barcelona, se refiere a hechos anteriores, que fueron calificados de fortuitos, y que dudosamente será seguida por el magistrado. Por lo tanto, si finalmente el togado condena, el también expresidente del FC Barcelona podría encajar una pena similar a la que piden los abogados que custodian los bienes de la firma. 

Clave: primavera de 2023

Todo ello se dilucidará en torno a la primavera de 2023, cuando se juzgará la presunta culpabilidad de Gaspart en la liquidación de Husa Hoteles. Por lo pronto, el proceso continúa con la enajenación de los activos que quedan.  

En el plano personal, el también expresidente de Turisme de Barcelona está en una situación de incapacidad de afrontar pagos y, como explicó este medio, hasta los antiguos activos que atesoraba la familia, como el palacete de los Gaspart situado en el barrio de Tres Torres de Barcelona, se están colocando. Este último bien se vende en el mercado abierto por un precio de cuatro millones de euros. 

De cadena relevante a no tener activos

Negro sobre blanco, la venta del último hotel de Husa en el Montseny encarna la crudeza de una insolvencia que la familia hotelera barcelonesa no superó. La firma llegó a contar con 120 hoteles en gestión y un total de 12.000 habitaciones en España, Alemania, Turquía, Argentina, Bélgica, Marruecos y Andorra. La compañía contó con activos prime como el Palace Barcelona y el Juan Carlos I, ahora explotado por Fairmont, pero cerrado y a la venta. 

Sin embargo, en 2014 se declaró en concurso con deudas que alcanzaban los 220 millones de euros. El grupo superó la insolvencia alcanzando un convenio con los acreedores que preveía quitas del 95%, pero incumplió el pacto y fue a la actual liquidación. 

Contabilidad cruzada

Lo que ahora se juzgará es si Joan Gaspart y el resto de gestores de la enseña actuaron a sabiendas de que su empresa debía acabar en los juzgados y que, pese a ello, dilataron el concurso, perjudicando a los acreedores. 

Joan Gaspart, hotelero dueño de Husa Hoteles y expresidente del FC Barcelona / CG

Entre las acusaciones que vierten los administradores está la de operaciones de contabilidad cruzada entre empresas que componían el grupo Husa. Los movimientos de fondos tendrían como objetivo mantener a flote las firmas pese a que su situación invitaba a la insolvencia. Los administradores, de hecho, sostienen que toda Husa "estaba enferma".