Inversores y economistas se preparan para una recesión en 2023
La inflación, el excesivo endeudamiento y el riesgo de crisis abren paso a unos meses de convulsiones macroeconómicas y recortes de gasto público
7 julio, 2022 00:00Las previsiones económicas para los próximos meses son cada vez más sombrías. Más allá de las convulsiones que se esperan este otoño, el sentir general de los inversores, economistas y analistas es que hay una amenaza real de recesión que podría empezar en 2023.
Hace meses que los inversores pronostican una crisis el año que viene, sobre todo en Estados Unidos, y que se da cada vez más por segura. La pregunta es si el efecto contagio llegará a España, que también podría verse afectada si otras economías europeas más dependientes del gas ruso se hunden este invierno.
Cae el consumo y la inversión
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha augurado una "profundísima crisis económica". En cambio, el Gobierno ha dicho por boca de la vicepresidenta Nadia Calviño que no va a haber recesión, aunque sí unos trimestres "complicados".
Lo que es seguro es que el IPC ha superado el 10% y que para reducir la inflación y la deuda, el BCE y los gobiernos tendrán que sacrificar al menos parte de la recuperación económica haciendo políticas restrictivas, de menor gasto y menor inyección de liquidez. Por ahora, ha caído el consumo, las inversiones y también los precios de algunas materias primas que se habían disparado, lo que apuntaría a un frenazo en la actividad industrial.
Alemania, con pies de barro
Josep Lladós, profesor de Economía de la UOC, señala que "tenemos una desaceleración en marcha". Cree que este verano la economía tendrá un "repunte" gracias al turismo, la movilidad y los servicios, pero se muestra preocupado con lo que puede pasar a partir del otoño, y más cuando "ya se ha producido la inflación de segunda ronda", es decir, ha dejado de ser temporal para enquistarse.
"Tenemos que hacer un encaje de bolillos para curvar el episodio inflacionario sin parar el crecimiento económico", asegura. Y añade que países como Alemania o Francia tienen más riesgo de recesión o desaceleración rápida al depender de los combustibles fósiles rusos.
Vuelven los recortes
Otro problema añadido es el de la crisis de endeudamiento. "Necesitamos crecer, si no, la deuda no es sostenible", alerta Lladós, que recuerda que "la pandemia nos ha dejado muy endeudados".
Está convencido de que "el año que viene volveremos a hablar de recortar el gasto público" o de "racionalizar el sector público" --"no dirán austeridad"--. "Será importante acompasar el gasto público y el déficit al crecimiento de la economía", indica el economista.
"Es grave"
Jordi Casas, jefe de gabinete de Foment, reconoce que "la situación es grave" e identifica como principales amenazas para este otoño la inflación y la posibilidad de "que entrásemos en recesión". "Si se puede, hay que evitarlo, y si entramos, que haga el menor daño posible".
Las consecuencias de la crisis podrían mitigarse "con mucho diálogo", evitando "que se pare la producción" y repartiendo la inflación de forma "equitativa" con un pacto de rentas."No se puede exigir sacrificios solo a los trabajadores si los gobiernos no hacen los suyos, y las compañías también", subraya.
Sin soluciones fáciles
"Todo el mundo debe hacer sacrificios y la Administración todavía no he visto que haga ningún gesto, y el gasto público mal controlado también genera inflación", advierte el representante de la patronal. Jordi Alberich, socio fundador de M&A Fusiones y Adquisiciones, coincide en que "un pacto de rentas es un señal de que todos nos apretamos el cinturón".
"Una inflación del 10%, si se va consolidando, empieza a ser complicada", afirma. Compara el reto de evitar la inflación y la recesión a la vez con "un enfermo en el hospital que tiene una enfermedad que afecta a muchos órganos", de modo que el tratamiento "debe ser sofisticado" y no dará resultados inmediatos.