Un aerogenerador de Naturgy / EP

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Business

La segunda vida de GIP en Naturgy, tras 1.800 millones de rentabilidad en cinco años

El resultado de la opa de IFM, muy inferior al previsto por el fondo australiano, amplía el horizonte de inversión de la entidad que contribuyó a abrir una nueva etapa en la energética

18 octubre, 2021 00:00

El deselance de la opa parcial de IFM sobre el 22,7% de Naturgy ha coincidido en el tiempo con el quinto aniversario de la llegada al capital de la energética del fondo GIP. Un periodo tras el que buena parte de este tipo de inversores comienzan a plantearse plegar velas y más si se trata de una apuesta tan rentable como ésta, cuya tasa anualizada de retorno ha superado el 9%. En el caso de la entidad estadounidense, el pobre resultado final de la oferta le abre las puertas a una posible segunda vida en una empresa a la que incluso llegó bajo otra denominación.

En el otoño de 2016, GIP aterrizó en la entonces llamada Gas Natural Fenosa, con motivo de las desinversiones parciales de Criteria y Repsol, por entonces históricos accionistas de la compañía. Se abría una nueva era para la empresa que había dado un paso decisivo en su crecimiento con la adquisición de Unión Fenosa siete años atrás, que le daba dimensión de empresa de referencia en el sector en Europa.

Nueva etapa

Por entonces, GIP desembolsó la nada desdeñable cifra de 3.800 millones de euros por el 20% del capital de la compañía que en aquel momento pasaba a presidir Isidro Fainé. Un lustro después, aquel paquete de acciones está valorado en bolsa en unos 850 millones de euros más, merced a la revalorización de algo más del 22% que acumula desde entonces, con la referencia del cierre del pasado viernes.

A esta cantidad cabe añadirle los dividendos percibidos por GIP desde su aterrizaje en el capital de la ahora llamada Naturgy, que suman 992 millones de euros adicionales.

La vía ideal para salir

La apuesta de GIP no fue equivocada. Estas cifras hablan de una tasa de retorno analizada durante los cinco años en el entorno del 9,5%. No son muchos los activos de este perfil en los que haya podido encontrarse un rendimiento superior en estos años.

“En circunstancias normales, la opa de IFM hubiera sido la vía perfecta para que GIP articulara su salida de Naturgy”, apuntan desde un banco de inversión internacional, desde el que también señalan dos factores que hicieron que el fondo tomara justamente la decisión opuesta.

Sede de Naturgy en Madrid / EP

Sede de Naturgy en Madrid / EP

Precio insuficiente

En primer lugar, por el carácter parcial de la oferta. “Si GIP hubiera acudido a la opa, la aceptación hubiera superado con creces el 22,7% al que iba dirigida y, por lo tanto, el prorrateo entre todas las acciones que hubieran participado en la operación hubiera impedido su salida total”.

Pero, sobre todo, lo que hizo que GIP dejara pasar la oportunidad para desinvertir fue el precio ofrecido por IFM. “La opinión generalizada en el mercado es que la cantidad incluida en la oferta no recogía con justicia el valor de la compañía. La inversión que en su día hizo GIP fue demasiado grande para salir a cualquier precio, por mucha rentabilidad que ya haya conseguido”.

Estabilidad

Estos factores explican que la respuesta del fondo estadounidense a IFM fuera prácticamente inmediata y que el primer anuncio de la oferta por parte de los australianos ya llegara con el rechazo de GIP incorporado.

En aquel momento, el primer accionista de Naturgy, Criteria, aún no se había pronunciado. Pero el hecho de que finalmente haya optado por hacerse incluso más fuerte en la energética también refuerza la decisión de permanencia de GIP, que ve asegurada la estabilidad de la empresa, incluso en un escenario que podría ser más convulso con la llegada de un nuevo socio como IFM.

Estrategia definida

Por otro lado, a finales de julio el consejo presidido por Francisco Reynés aprobó por unanimidad (por lo tanto, también con los votos favorables de los dos representantes de GIP) el nuevo plan estratégico a cinco años de la empresa, que incluye una política de dividendos que, al contrario de lo que sucedía con la anterior, no lleva a la empresa a endeudarse para cumplir con ella.

Como se citaba antes, la remuneración al accionista ha generado mayor rentabilidad para el fondo estadounidense en estos cinco años que la revalorización de Naturgy en bolsa.

Paradójicamente, un movimiento como una opa, propicio en principio para que un inversor de gran calibre dé por terminada su aventura en un valor, va a prolongar la vida de GIP como socio de Naturgy, probablemente en compañía también de Rioja (participado mayoritariamente por CVC con el apoyo de Corporación Financiera Alba), cuya entrada en el capital se produjo un año y medio después, como consecuencia de la salida definitiva de Repsol.